Merienda de medios

Una lucecita en Moncloa

Para dar idea de hiperactividad contra la crisis, los nuevos ministros se han pasado la Semana Santa en los telediarios reuniéndose entre ellos como posesos, frenética actividad que culminó ayer mismo con una rendición de cuentas a Zapatero de los tres vicepresidentes. Según De la Vega, la nueva etapa exigía un mayor esfuerzo y, por eso, todo el Gabinete iba a quedarse sin vacaciones para "planificar un poquito", aunque en realidad muchos de los veteranos, incluido el presidente, tomaron las de Villadiego, haciendo bueno aquello de que en todos los trabajos se fuma.

En una carta a Ramírez, una lectora de El Mundo, Teresa González, ponía el dedo en la llaga sobre esta "campaña publicitaria" laudatoria con el estajanovismo gubernativo: "No creo que un ministro sea peor o mejor por acudir en una jornada festiva a su despacho (...). Es más, creo que hasta es un mal ejemplo para la conciliación de la vida laboral y familiar y es también una buena muestra de la baja productividad de un país en el que la eficacia se mide por horas y no por rendimiento".

Ahora sería antiecológico y Sebastián se opondría salvo que fuera de bajo consumo, pero la imagen de la bombilla siempre encendida ya la tuvieron los propagandistas de Franco para mostrar sus desvelos patrióticos. "La leyenda de la lucecita del Pardo resucita ahora con la insólita imagen de las altas jerarquías del Estado entregadas a la dura tarea de luchar contra la crisis en pleno Viernes Santo, mientras la ciudadanía en general se solazaba en playas y casas rurales", escribía Anxel Vence en El Faro de Vigo. Es que está todo inventado.

Si de lo que se trata es de que agradezcamos el gesto, se agradece y punto, pero, como resaltaba Antonio San José en El Plural, "cabe imaginar lo escasamente rentable que debe ser acudir a un ministerio deshabitado de funcionarios para pergeñar, sin un equipo propio que espera nombramiento, una política eficaz ante la crisis". En esto deberían tomar ejemplo del Rey, que las fiestas de guardar nunca las pasa en Zarzuela porque sabe que no le cunde.

Fontaneros

Más receptivo se mostraba el editorialista de El Periódico de Aragón: "Las intenciones del jefe de Gobierno van, al parecer, mas allá de la imagen. No se trata sólo de exhibir hiperactividad, sino de desatascar algunos de los asuntos pendientes". Va a resultar que Zapatero no ha cambiado de ministros sino de fontaneros.

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