Merienda de medios

ZP que estás en los cielos

Rajoy ha afeado a Zapatero que se montara en un avión del Ejército para ir a un mitin del PSOE a Sevilla, reproche que el presidente ha sobrevolado sin contestar, según ha dicho, por respeto a la institución y a los ex presidentes. El PP insiste en que estamos ante un uso privado de bienes públicos y ha esgrimido facturas para demostrar que el Falcon que Aznar usaba en las campañas lo pagaba el partido. La distinción entre público y privado es aquí difusa, ya que por la misma regla de tres cabría decir que, como los gastos de campaña los reintegra el Estado con subvenciones electorales, somos los ciudadanos quienes aflojamos siempre la pasta.

La metafísica del debate gira alrededor del punto en el que el presidente del Gobierno deja de serlo y se vuelve un mortal que ha de tirar de su Visa en la gasolinera. A tema tan peliagudo contestaba Eduardo San Martín en Los desayunos de TVE: "Cuando actúa en un mitin, lo hace como jefe de un partido; pero cuando viaja hacia ese mitin, sigue siendo el presidente (...). Yo creo que aquí se ha equivocado el PP".

"Va a ser que no", replicaba la siempre indignada Pilar Cernuda en el Diario de Burgos. "Ahora dicen que es presidente siempre, en cualquier momento del día. Pero antes, cuando también abusó del avión oficial para cuestiones privadas, hizo declarar a sus portavoces y colaboradores que los viajes en Falcon estaban justificados por la necesidad de garantizar su seguridad. Pues también va a ser que no", remachaba.

Puede opinarse, al estilo de Martín Ferrand en ABC, que se trata de "una práctica abusiva que conlleva desprecio para el esfuerzo fiscal de los ciudadanos", aunque, puestos a ahorrar, ¿por qué no sacarle un billete en Vueling o meterle en el AVE de las 19:30? ¿Hay que dar importancia al medio o debemos sumarnos al juicio de Carlos Alsina en La Razón y afirmar que el hecho de "que Zapatero vaya a un mitin en Falcon es feo como un hermano Calatrava, pero carece de trascendencia"?

La sisa

Para el plural Enric Sopena, Zapatero siempre estará en los cielos y nunca será un "gorrón", y eso le diferencia de Carlos Dávila, que le ha echado las cuentas para lavar las alas de ese angelito apellidado Camps: "Hay que ver cuántos trajes y cuántas sastrerías se podrían comprar con un Falcon y con el queroseno del Falcon", proponía como acertijo en Intereconomía. Eso es confundir la velocidad con la sisa (de la chaqueta, se entiende).

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