Merienda de medios

El tesorero seguía ahí

Lo de Bárcenas, el tesorero del PP, estaba más cantado que el lalalá, pero Rajoy le ha protegido como una madre, no fuera a ser que a quien le diera por cantar fuera a este coleccionista de viviendas de lujo y de billetes de 500 boniatos. Ayer mismo, poco antes de que pasara al Supremo la causa contra los dos dirigentes sobrecogedores, o sea, Bárcenas y el diputado Merino, el gallego dijo ante la dirección del partido que sabía muy bien lo que hacía y que la presunción de inocencia es sagrada. El de la pasta no estaba presente, por eso de que es muy difícil no ruborizarse cuando hablan tan bien de uno.
Ser tesorero del PP es un chollo. A Álvaro Lapuerta, el antecesor en el cargo, el patrimonio acumulado por ese "tío espléndido" que es Bárcenas le parecía una fruslería. "Yo tengo más", admitía ufano. ¿Quién dijo crisis? Claro que la cuestión es otra, según la mayéutica del apóstol Federico: "¿Bárcenas robaba o no robaba? ¿Se lo ha llevado o no se lo ha llevado? (....). Hombre que se lo ha llevado. Entonces, ¿por qué no lo habéis echado ya? ¿Miedo? Pues peor".

Tras ganar las europeas, el PP ha debido de convencerse de que la corrupción no le perjudica, justamente lo contrario de lo que sostenía Enric Juliana en Onda Cero: "Los escándalos (...) tienen un efecto político; lo que pasa es que no siempre tienen un efecto electoral inmediato". Supongamos entonces que la corrupción pasa factura y que, como dice Rajoy, el PP está libre de pecado y actúa con coherencia. ¿Sería coherente dar el pasaporte a Bárcenas por estar imputado y sostener en Valencia a míster te quiero un huevo?

Para salvar la contradicción, Pilar Cernuda, en la misma Onda, negaba que ambas situaciones fueran comparables. A Bárcenas no hay que echarle, "se tenía que haber marchado (...). Primero, por decencia; y segundo, por lealtad a su partido". ¿Y tercero? Pues para hacerle el favor de su vida a Rajoy, que al despertar vio que el tesorero seguía ahí.

¿Blanqueo?
"Esto tiene una pinta horrorosa", proclamaba en Punto Radio el mayorista de anchoas Miguel Ángel Revilla. Al presidente cántabro no le entraba en la cabeza la explicación de Bárcenas de que pidió un crédito de 330.000 euros para unos cuadros, se fue con el parné en la faltriquera y al mes lo ingresó en su cuenta en metálico. "¿Alguien se cree eso?", se preguntaba. "Suena a blanqueo de dinero", remachaba Fernando Jáuregui. Y al PP, ¿a qué le suena?

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