Merienda de medios

El arte de gobernar

Haciendo de la necesidad virtud, Zapatero ha regalado a la Ciencia Política una novísima teoría sobre el arte de gobernar. Se trata de la geometría variable, según la cual una cosa es tan buena como la contraria siempre y cuando la suma sea igual o mayor a 176, que es la mayoría más uno del Congreso. Así, se puede acordar con la izquierda una reforma fiscal y romper el pacto seis horas después a cambio de que CiU no bloquee los Presupuestos. Ya lo había dejado escrito Mazarino en su Breviario para políticos: "Acomoda tu conducta y tus palabras a aquel con el que estés en tratos". ¿Y se puede estar en tratos con varios a la vez? La duda ofende.

El bandazo ha generado cierto desconcierto, especialmente a aquellos que no han leído al cardenal. Este parece ser el caso de Domi del Postigo, muy crítico en La Opinión de Málaga con esa volubilidad, que no hay que entender como "flexibilidad", sino como un "ejercicio de improvisación, según convenga, para no moverse del sillón". ¿Su temor? Que el no a la reforma laboral se torne en sí, "porque sería la última inmoralidad de este erial de favores".

Sobre este asunto debería estar tranquilo, porque Zapatero nos ha dejado dicho en Togo que una cosa es opinar como experto y otra gobernar para la ciudadanía, aunque, según explicaba Josep Ramoneda en El País, "la pena es que no siempre actúe conforme a ese criterio". Mazarino reservaba otro consejo para estos casos: "Ejercítate para poder defender en cualquier circunstancia tanto una opinión como la contraria".

Esta versatilidad opinativa tiene sus riesgos. No faltará quien, como Juan Domingo Fernández en el Hoy, la asocie al marxismo tipo Groucho y a "su primer y único mandamiento: estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros"; o quien piense que Zapatero "vive al día y esa precariedad le lleva a desarrollar una estrategia cambiante que desdibuja la imagen de un liderazgo comprometido con un programa político conocido", tal era el juicio de Fermín Bocos en el Diario de Ibiza.

La entelequia

Según La Vanguardia, "hablar hoy de geometría variable (...) no deja de ser, en cambio, una entelequia más difícil de alcanzar a medida que la situación política general va tornándose más compleja". Pero el presidente no teme a las dificultades y sigue a Mazarino a pies juntillas: "Por esta senda por la que me adentro, seguiré avanzando al azar, sin seguir ningún plan predeterminado".

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