Merienda de medios

Motivos personales

Pío Moa, el primer historiador que decidió ahorrarse la carrera porque en los GRAPO no la pedían en el examen de ingreso, se ha molestado porque El Mundo sólo le ha dado este domingo pasado 22 palabras para escupir sobre el auto de Garzón y al "pro chekista" Ian Gibson 78, y eso después de pasarle a cuchillo otras 117. El ofendido Moa tenía motivos personales para afirmar en su blog que "El Mundo es un periódico curioso: basura muy parecido a la de El País quizá en un 60% y acaso el más putero de los de papel con pretensiones de seriedad. Le salva hasta cierto punto el resto, algunas columnas entre ellas y el periodismo de investigación que de vez en cuando practica".

Contra el despecho ya prevenía Mazarino en su Breviario para políticos. Según decía, lo mejor para ejecutar planes, ejercer presiones o infligir castigos era recurrir a subordinados, y en eso Ramírez le saca a don Pío varios cuerpos de ventaja. Ayer de hecho, su más fiel palafrenero, García Abadillo, volvía a llenar la portada de El Mundo con un nuevo capítulo de Los ricos también lloran, o de cómo Banif, el banco de inversión del Santander, engañó a clientes adinerados que desconocían que su pasta estaba invertida en Lehman Brothers, cuya quiebra les ha hecho perder hasta la camisa de Armani. "¿No sabían que lo podían perder todo? –se pregunta Abadillo– Por lo que sabemos ahora, muchos de ellos lo ignoraban". Siempre sensible a las causas justas y nobles, el periódico se ha empeñado en que Botín alivie a estos ahorradores de sus penurias y pague la factura.

¿Acaso tiene Ramírez motivos personales para cantar las desgracias de ricos como Fefé Tapias, al que Banif le ha evaporado varios millones de euros? Veamos: "Dicen que uno de ellos, muy principal, ha perdido una pasta. Tanto ha perdido el nota en el lance que ha puesto a media plantilla a trabajar en el asunto. Tanto sofoco, que lleva varios días abriendo con Lehman y Banif (...) El caso es que el plumilla, experto en convertir tragicomedias personales en dramas nacionales, ya saben, la libertad de expresión y por ahí, ha conseguido que tito Botín se haga cargo de la cuenta e indemnice a los damnificados por los estructurados de Banif". Lo escribe Jesús Cacho en El Confidencial. Moa tendría que leer más a Mazarino y menos a Ricardo de la Cierva.

La quisquilla y el asno

El breviario que se atribuye al cardenal, un tipo siniestro y mentiroso según la descripción de Alejandro Dumas, desaconseja vivamente hablar con excesiva libertad y aparecer en público con frecuencia porque "una sola metedura de pata es suficiente para manchar una reputación". ¿Creen que alguien hace caso a tan sabia recomendación? Sin ir más lejos, en su entrevista de ayer en La Razón, Alfonso Ussía abre su corazón a Marta Robles hasta límites insospechados. "En verano en la playa (...) jugábamos al fútbol, Me llamaban la Quisquilla de Ondarreta porque me ponía muy rojo con el esfuerzo...". Cuesta trabajo imaginarse a Ussía tan rojo, y algo menos comprobar con quién jugaba al tenis: "En los campeonatos de San Sebastián mi pareja en mixta era casi siempre Esperanza Aguirre. Era muy segura pero poco ágil para recoger. Cuando le tiraban un globo tenía que ir yo, que era una gacela, a por la pelota". Acabáramos.

Según Mazarino, la virtud y la piedad de una persona se reconocen "por la armonía de su vida, por su falta de ambición y su desinterés por los honores". La viudísima Marina Castaño, también en La Razón, ofrece nuevas pistas: "No hay más que echar un vistazo a esa foto en que era besada por un borrico de Rute (...) para darnos cuenta de que su corazón es tan caliente como su mano es plena de generosidad". Habla de la Reina. La prueba del asno nos hará monárquicos.

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