Merienda de medios

Hacer amigos

Si es verdad que sin la amistad el mundo es un desierto, entre Federico I de la Cope y el facundo Marhuenda, director de La Razón, se ha abierto el Gobi. El reyezuelo de las ondas ha hecho cruz y raya del ex asesor de Rajoy, después de que este haya defendido que el famoso CAC le quite a la Cope una emisora en Catalunya para dársela a Planeta, o sea, a Lara, o sea, a su jefe. La marejadilla ha rolado a maremoto: "Paco, esto se avisa; no sabía yo que tuvieras tantos problemas de continuidad en el periódico (...). ¿Es verdad entonces que en enero adiós? (...). No tienes necesidad de extremar tu servilismo ante Lara (...). ¿Estás con el nacionalismo del Avui o con la carcundia de La Razón? ¿Estás con el catolicismo de boquilla o con la caradura profesional?". El más difícil no es el primer beso, sino el último, que decía Géraldy.

Sobre cómo hacer amigos existe un manual muy solicitado. Pío Moa, presunto historiador, sólo llegó hasta el capítulo dos y, por eso, no le sale aunque lo intenta. "Cuesta trabajo imaginar un político más idiota que este jefe de la oposición. ¿Qué vería Aznar en él? ¿O no será un submarino del PSOE como Gallardón?", decía ayer en su blog a propósito de Rajoy. Definitivamente, va por mal camino. Al fin y al cabo, ¿qué amigo no tiene defectos?

Hay quienes creen, en cambio, que la amistad debe incluir un punto de adulación, ignorando que se trata de una práctica muy mal vista porque hace evidente que el adulador sobrevive a costa del adulado. Toni Bolaño, el ex jefe de prensa de Montilla, ha recalado como columnista de postín en La Razón de Lara y del católico Marhuenda. Desde allí reparte lisonjas como si le fuera la vida en ello: "Zapatero –escribía ayer– no sólo ha conseguido situar a España en la cumbre, sino que ha permitido que España recupere la dignidad internacional. Zapatero, el empecinado, ha hecho una buena versión española del Yes, we can de Barack Obama".

Y no faltan los que sostienen que, a falta de amigos, siempre nos quedará el perro, "ese napoleón sentimental" que, según Ignacio Camacho en ABC, será lo que le quede a Obama cuando estire las piernas en la cúspide del poder: "Los césares modernos ya no tienen un esclavo que les recuerde al oído que son mortales, pero siempre les quedará, en última instancia, un perrito que les ladre".

Mejor un gato

No todos piensan como él. A unos cíceros de distancia, Antonio Burgos, que antes era bastante señorito y ahora también, que antes no era gracioso y ahora tampoco, pide un felino en el Despacho Oval: "Hasta que no vea un gato en la Casa Blanca no creeré en el pregonado cambio de Morenito de Chicago". Evelyn Waugh afirmaba que la amistad entre hombre y perro no duraría mucho si la carne de perro fuera comestible. Está claro que hay gente que come de todo.

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