Merienda de medios

Y los camellos muertos de sed

A excepción de César Alonso de los Ríos, que ha demostrado que se puede escribir durante años la misma columna sobre la rendición ante ETA o sobre lo tonto que es Rajoy, tema este que desarrolla en la actualidad, el resto de columnistas agradece los hitos navideños porque cualquiera se despacha con ellos un folio sin despeinarse. Esta semana ha sido pródiga en cartas a los Reyes y en reflexiones sobre estos magos que, como decía ayer César Vidal en La Razón, "no eran reyes, aunque sí pertenecían a una tribu irania".

Lo que se ha puesto de moda este año es pedir cosas para los colegas, en plan amigo invisible. El ya citado Don Herodoto, firme candidato al Club de la Comedia, expresaba sus anhelos por un modelo ético para los periodistas similar al de los encamellados de Oriente. Consistiría en "actuar de acuerdo a los conocimientos más serios y contrastados, buscar la Verdad para sólo rendirse ante ella y mantenerse independientes del poder (...) Estoy dispuesto a renunciar a mis regalos de Reyes si, a cambio, dejan como tal esa conducta en las casas de mis compañeros de profesión". ¿Por qué por la casa de Vidal pasan siempre de largo?

Juan Manuel de Prada, que desde que fichó por el Osservatore Romano sólo le falta repasar el Deuteronomio en el ABC, incluía en su epístola del lunes una reconvención a la Prensa porque se ocupa de lo nimio y no hace caso a lo importante, sobre todo si procede del Vaticano como era el caso: "No vendría mal que los Reyes Magos repartiesen ejemplares de la Política de Aristóteles entre el gremio periodístico". En la misma línea y en el mismo diario, Félix Madero concretaba su petición a Melchor: "Que nos conceda el don de la oreja despierta en el autobús, en la tienda y en el bar".

La carta más original la firmaba Jaime Peñafiel en La Estrella. Al catedrático de lo rosa no le hace falta ser bueno ni este año, ni el anterior para formular sus demandas para la Familia Real, que está muy necesitada la pobre, especialmente el marido de la infanta Cristina: "Para Iñaki Urdangarín, menos ansias de negocios y dinero". Y un deseo muy especial para Letizia: "Intentar que no se le note que manda tanto, aunque para ello tenga que someterse a una cirugía estética de su carácter".

Zapatero de Oriente

La única discrepancia seria se vivía ayer en el monárquico ABC. Según Ignacio Camacho los Reyes existen y hay que seguir creyendo en ellos "para poder nutrir la necesidad de la utopía". Frente a su opinión, la de Ignacio Ruiz Quintano, que ya terminó de contarnos la lista de mártires del diario en la Guerra Civil: "Lo siento por los niños autonómicos, pero en España los Reyes Magos no son los padres; los Reyes Magos son Zapatero". A ver, Expósito, pon orden en tu línea editorial.

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