Modos y Modas

Manda "salvar"

EL OJO DE LA MOSCA // JULIÁN HERNÁNDEZ

El pulgar del César señalaba hacia arriba o hacia abajo, siguiendo el criterio o el griterío de la chusma, y el gladiador se salvaba o moría. Triste destino ?depender de una masa informe y anónima? aguardaba a los luchadores romanos, tal y como ahora acecha al que participa en algún concurso de televisión. Sólo que, en estos días, las gargantas del pueblo se canalizan a través de mensajes de teléfono móvil. Un linchamiento que puede cambiar la vida de una persona.

Nos espera un Juicio Final en el que Dios no decidirá el destino de las almas porque estará pendiente de una pantalla en la que vayan apareciendo los votos de los televidentes. Una vez eliminado el purgatorio de la programación por baja audiencia, la eternidad en el cielo o en el infierno es lo que nos jugamos.

El locutor ordena redundantemente: "Manda ‘salvar-(espacio)-Toti’ al 666 si quieres salvar a Toti; o manda ‘salvar-(espacio)-Pipo’ si quieres salvar a Pipo". Te cobran igual tanto por salvar a uno como por defenestrar al otro. Por eso lloran los concursantes: ¡los verdugos encima pagan por apretar la palanca!

En la cultura de consumo masivo se priva de cualquier oportunidad al que no consigue arrasar (en los cines, en Internet, en las grandes superficies) al día siguiente de emitido el producto. El distribuidor es el nuevo César que reparte gloria o muerte. Y el que vota a un perdedor es un perdedor. Voy a mandar "salvar-(espacio)-medeestocoño" a ver si cuela.

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