Modos y Modas

Conversación en el Club

AGUAS HELADAS// LORENZO SILVA

Dos parejas de mediana edad están sentadas en la terraza del club náutico. Hablan de barcos. Al parecer, uno de los dos matrimonios está sopesando comprarse uno que tenga cuatro metros más de largo y uno más de ancho que el que ahora poseen. El hombre echa cuentas de la amplitud adicional que eso representa en camarotes, cocina, etcétera. El otro hombre comenta: "El otro día vi en un programa que hay gente que compra barcos ya viejos para amarrarlos y vivir en ellos". Una de las mujeres observa: "Bueno, el barco para unos días vale, pero para vivir todo el tiempo, debe acabar agobiando". A lo que el primero responde: "Mujer, ten en cuenta que esa gente no está acostumbrada a casas buenas, sino a vivir en chamizos, ellos no notan tanta falta de espacio". "Claro, tienes razón", admite la escéptica. Terminan parsimoniosamente sus consumiciones y se dirigen caminando al muelle, donde los esperan sendos Range Rover. Suben a ellos con aire de poderío. Desaparecen tras un recodo, a lomos de sus cuatro toneladas de confort. Decididamente, la vida es del color del cristal con que se mira. No hay en esos clientes del club náutico ni asomo de inquietud ante la crisis. Siguen quemando cantidades ingentes de gasóleo, por mar y por tierra, y sólo para matar el tiempo. Si un día falta combustible, ya se apretarán los otros, los que están hechos a vivir en un chamizo. Que para eso tienen costumbre.   

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