Modos y Modas

Derecho a decidir

AGUAS HELADAS// LORENZO SILVA

Ayer lo supo. Va a tener un hijo. Justo en este momento, cuando todo en su vida está manga por hombro, cuando en su horizonte se acumulan las incertidumbres, cuando ni siquiera sabe si podrá seguir viviendo como lo ha hecho hasta ahora. Un hijo. La responsabilidad sobre otro ser humano, a quien no se puede dejar de atender, a quien hay que darle todo lo que necesita, so pena de cargar en la conciencia con el peor de los pesos. Y se pregunta si, al margen de todas las demás circunstancias, su carácter está forjado, preparado para hacer frente a todo lo que ese desafío implica. Y por otra parte, para qué engañarse: en este momento, un hijo es lo último que desea, y qué mal favor se le hace a alguien trayéndolo al mundo sin querer. Conoce algún que otro caso, sin salir de su propia familia. Hay quien piensa otra cosa, religiones que consideran gravísimo pecado los pensamientos que en este momento pasan por su cabeza. Pero vive en un país aconfesional. Y se pregunta por qué no se le permite decidir si quiere asumir o no la responsabilidad que en este momento se le avecina. Por qué ha de sujetarse, a esos efectos, al parecer ajeno, cuando se trata de su vida. Y entonces lee que el partido en el gobierno va a estudiar una reforma de la ley del aborto. No dicen muy claramente de qué se trata, pero se hace una idea. Cierra el periódico con gesto resignado. Tampoco le servirá de mucho. Seguirá sin poder decidir sobre su futura responsabilidad. Él sólo es el padre.

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