Modos y Modas

Los agraciados

AGUAS HELADAS// LORENZO SILVA

Vivimos en un país maravilloso. Hay muchas razones para pensarlo, pero una de las más fascinantes es la cantidad de veces que a nuestros responsables públicos (concejales, alcaldes, presidentes de diputación) les toca la lotería. En otros países, indudablemente menos maravillosos, ser alcalde o concejal sólo le reporta a uno quebraderos de cabeza. Pero en este que nos alberga los sinsabores del cargo vienen compensados, y de qué forma, por el favor del bendito bombo, que una y otra vez riega los euros a miles sobre nuestros esforzados munícipes. El último del que hemos sabido es el ex alcalde de Seseña, el mismo que casualmente dio en recalificar unos sembrados adquiridos a bajo precio para que un constructor de subterráneo apodo levantara sobre ellos una ciudad más grande que el pueblo originario. Algunas mentes malévolas se han lanzado a especular sobre la posibilidad de que exista alguna relación entre los dos hechos. Gente que no sabe apreciar las leyes del azar. La suerte es de quien la persigue con convicción, y seguro que el ex alcalde le puso al asunto todo su ahínco. Pero como puede entenderse que esta especial querencia de la fortuna hacia los hombres públicos inquiete a los ciudadanos más simples, la solución es muy sencilla: en adelante, identifíquese vía DNI a los compradores de billetes de lotería, como se hace con quienes adquieren un teléfono móvil con tarjeta prepago. Verán como les sigue tocando. Y es que se lo merecen.

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