Modos y Modas

Supermodelo de qué

AGUAS HELADAS // LORENZO SILVA

Si no han hecho la prueba, háganla. Traten de permanecer durante diez minutos delante de la pantalla mientras se emite ese programa en el que un puñado de muchachas compiten para convertirse en la llamada Supermodelo 2007. En ese lapso de tiempo, pese a su brevedad, podrán disfrutar de una cumplida exhibición de la capacidad del ser humano para ignorar la dignidad de sus semejantes y manipularlos sin el menor escrúpulo. A las chicas que comparecen en este deplorable espectáculo televisivo, jovencísimas y en su mayoría caracterizadas por una notoria (y lógica) inmadurez emocional, se las somete a todo tipo de pruebas humillantes, siempre buscando atacarlas allí donde más puedan flaquear y bajo la exigencia de que reaccionen al ataque con el máximo de lo que sus torturadores entienden por gracia y glamour. Parece querer transmitírsenos la idea de que cuanto más inclemente es el aprendizaje, más se espabila y mejor se separa el grano de la paja. Pedagogía de vanguardia, vamos. Pero cuando la prueba consiste, como ha sido el caso, en obligar a una chavala de 16 años a morrearse ante la cámara con un tipo, previa demostración de dos "profesoras", toda la farsa ejemplarizante se viene abajo. No es más que lo de siempre, aprovecharse de los indefensos para forrarse con los desaprensivos. ¿Dónde andan los de UNICEF? Por lo menos, esperemos que impidan hacerse fotos tiernas con niños a quienes colaboran con este engendro.

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