Modos y Modas

Una chica excelente

¿VENTANA O PASILLO?// ISABEL REPISO

Aiko Yoshiyama celebra su 30 cumpleaños y sus primeros tres meses como recién divorciada. No sé si festeja la entrada en la treintena o su regreso al celibato, pero supongo que organizar una fiesta con motivo de dos aniversarios dará derecho a un regalo mayor. Consulto mi monedero electrónico y me encamino a la tienda más exclusiva del barrio. Allí selecciono con esmero un número impar de tazas de té, cada una de un padre y una madre, de acuerdo a las tradiciones del Japón.

En la fiesta queda patente que vivo en una órbita paralela cuando descubro que todos los regalos excepto el mío son invitaciones a una experiencia vital única: un vale por una cena con el humanoide de Woody Allen, un pase para el simulador de gravedad cero, una inscripción a un curso de ayudante de mago... Supongo dos cosas: o soy la más anacrónica/decadente de todos o la más original. Ryu –editor de moda en una de las revistas más in del país– confirma mi primera hipótesis. "Una vez satisfecha, la fiebre por la posesión de bienes ha dado lugar a la fiebre por acumular vivencias exclusivas", sugiere. Ahora me explico qué hace esa señora del antifaz aquí, látigo en mano, y qué hacemos los demás atados de pies y manos en la otra punta de la sala. Ups, me temo que esos sacos de ahí no son para hacer carreras. "Consuélate pensando que eres uno de los pocos invitados a la very ultimate version de la piñata", me ordenó.  

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