Modos y Modas

El antídoto

MIEDO A SER UN PROGREPIJO // MAGDA BANDERA

Y entonces te mira los pies. En concreto, la marca de los zapatos. Al verla, respira aliviado:

¿Ves como tú también eres un ‘progrepijo’, un ‘chachi’?

Llegados a ese punto del interrogatorio, tienes que ser fuerte. Tu interlocutor espera que te justifiques, que malgastes diez minutos de tu vida en aclarar que usas zapatillas caras porque tus juanetes compiten con los de tu madre. De hecho, ella es quien siempre te regala las Vans el día de Reyes.

- Típico, como los perroflautas, que todos tienen superpapis.

Tu contertulio muestra tanta tanta labia como su abogado. Está seguro de que especularías si pudieras y de que tus churumbeles estudiarán en la privada. Para colmo, presume de pertenecer a seis ONG.

Te aburre, pero no logras ignorarle y le dices que la solidaridad es otra cosa. Repartir cuencos de arroz para mantener a la peña viva y coleando, de cola en cola, te parece sádico. Te creces por momentos y le sueltas que no has venido al mundo a sufrir y, sí, te flipan las Vans. Incluso recitas tu eslogan vital: "Un jacuzzi para los 6.000 millones de terrícolas".
De repente, temes haberte excedido. No son tiempos para andar despilfarrando agua. Seguro que él es más sostenible que tú y te lo echa en cara, pero te sorprende al asegurar que le encanta que "las piscinas municipales ofrezcan hidromasajes masivos".

Sonríe al pronunciar la última frase y se refresca la boca con un esmerado sorbito de agua . "Hay que ahorrar", ironiza. Sus botellas cuestan más de 20 euros.

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