EL DECANO// JUAN LUIS CANO

Acabamos de empezar año y todos nos las prometemos muy felices. A ver si tenemos suerte y nuestros deseos se cumplen: que los adolescentes no sigan provocando ni al obispo de Tenerife ni a nadie, que hay que ver estos chicos como son... Que no les pongan los escoltas a las mujeres maltratadas, sino que se los pongan a los maltratadores, que la gente y el primo de Rajoy tomemos conciencia de que el cambio climático va en serio y mucho más rápido de lo que podemos imaginar y nos pongamos manos a la obra, que los asesinos de Al Qaeda vean la luz y abandonen sus actos terroristas, que ETA se difumine, que en Irak dejen de morir como chinches, que las pateras vuelvan a ser solamente embarcaciones de pesca, que nos colguemos muchas medallas en los Juegos Olímpicos, que el Atleti gane algo, que no nos intenten vender más motos, que llueva, que Bush no tenga continuadores, que alguien haga caso a los saharauis, que los cubanos puedan pensar, que a los que piensan se les escuche, que no haya más alcaldes corruptos, que Mónica Belucci pida mi teléfono, que en la desembocadura de los ríos vuelva a haber angulas, que nos baje el colesterol, que nos suba el sueldo, que circulen los trenes catalanes, que nuestros hijos tengan una educación digna, que los nacionalistas se den por contentos por fin, que los demagogos se duerman, que no le den más disgustos de ésos a Jose Luis Moreno, que tampoco es para ponerse así... En fin, y en lo que a mi respecta, con que no me toque los cojones el alcalde de Torrelodones, voy que chuto.