Cabeza de ratón

La feliz reinvención de la Botella

El genio de la Botella tiene la facultad de desaparecer en una cortina de humo cuando es requerida su comparecencia para aclarar algo. Experta en gases tóxicos y contaminaciones, Ana Botella, que no cree en el cambio climático porque sería como "desconfiar del género humano" (sic) se ha esfumado una vez más de la comisión de investigación del "Madrid Arena" donde solo comparecerán unos cuantos de los suyos que se investigarán a sí mismos con el lema de: "queremos saber lo que hemos hecho". En la comisión de autoinvestigación tampoco figurará ninguno de sus rivales de la oposición ni, por supuesto, ninguno de sus enemigos del propio partido, ni la delegada del gobierno Cristina Cifuentes, ni un solo consejero comunitario, gentes que entorpecerían el ameno discurrir de esa terapia de grupo disfrazada de comisión.

Las noches de Madrid están plagadas de peligros para los adolescentes pero lo peligroso no son las calles, ni las plazas de botellón, sino los recintos municipales dedicados a los grandes eventos. Sobre las relaciones de connivencia entre los responsables municipales y los dueños de la noche, empresarios de conciertos y propietarios de discotecas, hay mucha información en los legajos de la "Operación Guateque" que se perdieron, sumergidos entre montañas de papeles y toneladas de nuevas noticias. En los escenarios y sumarios del gran guateque madrileño entraron en danza numerosos corifeos del divo Gallardón, en el trágico circo del Madrid Arena solo echarán a los leones a unos cuantos irresponsables municipales de ferias y festejos. De la pasión por la seguridad que ha sacudido al Ayuntamiento Madrileño han estado a punto de ser víctimas las aristocráticas y caritativas damas organizadoras del tradicional rastrillo benéfico madrileño, con la infanta doña Pilar al frente. A punto han estado, por un problema con los plomos, de no poder lucir sus mandiles bordados y sus democráticas poses ante las cámaras estas buenas señoras, tan amigas ellas de la Botella, alcaldesa, también experta en caridades y beneficencias que tan necesarias son en estos tiempos críticos para sustituir a esos carísimos servicios sociales. Aquella campaña de navidad que glosara Berlanga, "Siente usted un pobre a su mesa" está a punto de dejar de ser una ironía sangrante para convertirse en una no menos sangrante realidad.

A las alturas de esta columna parece que el rastrillo superará, tras una reparación de urgencia, sus problemas. Lo que aún no se sabe es si Ana Botella hará acto de presencia. Si quieren encontrar en estos días infaustos a una Ana Botella resplandeciente, no la busquen en sus imprescindibles comparecencias en las que habla pero no responde, la encontrarán en las satinadas páginas de una revista para damas con chic. Unos días antes de la tragedia del Madrid Arena, la alcaldesa posaba con sus mejores trapos y su mejor sonrisa en el inmarcesible marco del Palacio de Cibeles, con tres modelos diferentes y ese peinado, a la par sencillo y elegante, que le bordan en su peluquería favorita a la que solía acudir en coche oficial y con sus guardaespaldas para que nadie tocara ni un pelo de tan ilustre cabeza. La cuidada puesta en escena de la revista "Telva", digna de una "top model", se complementa con una no menos cuidada entrevista con mucho dato y pocas "perlas" de esas que suele desgranar la alcaldesa cuando se expresa libremente. Ajustada al guión, Ana, aún veía positivo el balance de su reciente mandato "aunque soy consciente de que hay un gran número de familias en esta ciudad que están padeciendo enormes dificultades. Hoy el número ha crecido con las 120 familias desalojadas de pisos de protección oficial que serán vendidos a una empresa privada del marido de Dolores de Cospedal, todo queda en casa.

Entre las opiniones recogidas en la entrevista destaca el fino análisis de la Botella sobre el nuevo escenario político en el País vasco: "Es muy preocupante porque hay un partido, Bildu, que no decidió el PP que estuviera en el escenario político sino en el Tribunal Constitucional". Si dejaran al PP decidir los partidos del escenario político probablemente se quedarían solos, pero por ahora las mayorías absolutas no pueden hacer absolutamente todo lo que quisieran hacer, aunque lo intentan. Sobre sus experiencias vitales y entre cánticos de alabanza a José Mari, el hombre vivo al que más admira, Ana Botella explica que ha tenido que "reinventarse" muchas veces, reinventar su matrimonio y reinventarse a sí misma. Aún no ha dado con la fórmula definitiva y su última versión no funciona correctamente. Que siga intentándolo que las botellas deben reciclarse.

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