Cabeza de ratón

La libre empresa va a la cárcel

Los verdaderos responsables, aunque no los únicos, de la madre que parió a todas nuestras crisis fueron los empresarios, no todos los empresarios, sobre todo los grandes empresarios, los que se siguen haciendo pasar por víctimas, algunos, los menos, desde sus respectivas celdas, otros desfilando por los tribunales como implicados en los más turbios manejos en connivencia con banqueros sin escrúpulos (perdón por la redundancia) y políticos venales. No lo digo yo, lo dice Pero Grullo, nuestro filósofo de cabecera, maestro de todas las obviedades que lleva siglos repitiendo sus axiomas con ligerísimos cambios, verbigracia: Los niños de hoy serán los hombres del mañana, reformulada como los niños de hoy serán los parados de mañana. Pero Grullo no miente y llevarle la contraria es luchar contra la evidencia como hace el negacionismo, esa escuela filosófica tan en boga entre nuestros empresarios, nuestros banqueros y sobre todo entre nuestros gobernantes que dicen, se contradicen y se recontradicen enhebrando discursos delirantes, e hilarantes aunque a veces sea difícil encontrarles la gracia.

Hasta hace poco, algunos ingenuos pensábamos que la mayoría de los empresarios sentían cierto aprecio por sus empresas, que los constructores, por ejemplo, jugaban desde muy niños con juegos de construcción, apilando bloques para formar bellas urbanizaciones de adosados. Pero no, a lo que jugaban era al monopoly y se cebaban ejecutando hipotecas y casi todos compraban en el mercado negro las tarjetas para librarse de la cárcel que hoy salen más caras, o si no que se lo pregunten a Díaz Ferrán.

Hace unos días reeligieron a Arturo Fernández como presidente de los empresarios madrileños (el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra). El dicharachero Fernández, el rey del catering, está implicado al menos en tres procesos judiciales y su hombre de confianza, Tezanos, procesado por el tema de los cursos de formación. Arturo es presidente vitalicio del club de fans de Esperanza Aguirre: "Esperanza Aguirre es cojonuda", declaró "el hombre de los canapés" hace unos años con su estilo campechano y zafio. Retirada la lideresa, Arturo, el de la Mesa Redonda, juró fidelidad a su sucesor Ignacio González y a raíz de su reelección ya ha prometido recontratar a la esposa del presidente de la Comunidad de Madrid, dimitida recientemente del mismo puesto. Como vínculo entre los dos podría estar la implicación de ambos en distintos procesos judiciales, una condición, la de implicados, que parece casi imprescindible para ascender en la cúpula empresarial. Lourdes Cavero, la esposa de Nacho, está imputada por la presunta compra de un ático en Marbella, y digo presunta porque hay versiones, no autorizadas, que afirman que el pisito fue un regalo de otro empresario emprendedor, Enrique Cerezo, en agradecimiento por un beneficioso acuerdo con Telemadrid para la retransmisión de los partidos del Atleti. La transacción se efectuó a través de testaferros y empresas tapadera ubicadas en paraísos fiscales, un procedimiento un tanto complicado que debería encarecer el producto, pero garantiza cierta discreción  a los implicados. Uno de los testaferros de la operación aparece relacionado con algunas cuentas ocultas de la madre de todas las tramas, la Gürtel. Todo queda en casa.

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