Multiplícate por cero

Una horquilla entre el 2,6% y el 3,1% para el PIB

Pronósticos, contrapronósticos, previsiones y revisiones. Esta semana se han sucedido los vaticinios respecto a la cifra mítica del crecimiento del Producto Interior Bruto; es decir, en cuánto se va a incrementar la riqueza del país el próximo año.
El Gobierno, en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2008, dice que el PIB español crecerá un 3,3%. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, cree que estará en torno al 3%; la OCDE habla del 2,7%; La Caixa, del 2,9%; BBVA prevé un 2,8% y Caja Madrid un 2,7%.

Los expertos hablan de una horquilla de crecimiento del Producto Interior Bruto para 2008 que va desde el 2,6% hasta el 3,1%. El 3,0% parece optimista y lo que casi nadie cree es que se vaya a alcanzar el 3,3%.

¿Lo cree el Gobierno?El vicepresidente Pedro Solbes y el secretario de Estado de Economía, David Vegara, han reiterado que mantienen sus previsiones, aunque son conscientes de los riesgos de la economía. Evidentemente, no es el momento de revisar pronósticos cuando el proyecto de Presupuestos se encuentra en el Parlamento a la espera de salvar las enmiendas a la totalidad.

La economía española se encuentra desde el segundo trimestre de este año en una fase de desaceleración del crecimiento, que se va acentuando conforme pasan los meses. Las incertidumbres respecto a lo que puede ocurrir en Estados Unidos y en la economía mundial son las que frenan pronósticos más concretos. Aunque sólo existe un 20% de posibilidades de que haya un riesgo duro, según los expertos.

Para David Taguas, director de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, sólo hay un 5% de posibilidades de que se produzca una crisis de crédito, en cuyo caso se daría una contracción del consumo y de la inversión que llevaría a una recesión. Sin embargo, hay otro 95% de posibilidades de que se trate de una crisis de liquidez cuyos efectos negativos serán poco intensos y poco duraderos.

Respecto a la principal preocupación del trabajador –el empleo–, la economía debe crecer al menos un 2% para que no se destruyan puestos de trabajo en términos netos. Lo que no significa que determinados sectores -como la construcción- no vayan a sufrir más que otros la fase de desaceleración que se vivirá el año que viene.

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