Multiplícate por cero

Los test de estrés personales

Los test de estrés de la banca europea son como un libro de autoayuda. Quizá una vez logrado el efecto de calmar a los mercados acaben donde suelen acabar tales manuales para la superación personal y la búsqueda de la felicidad interior: en las estanterías de ofertas y promociones, junto a las baldas donde encuentras los tratados sobre terapias alternativas.

No recuerdo haber leído nunca entero uno de esos libros, aunque no tengo nada contra ellos. De hecho, es posible que alguno pudiera explicarme por qué se me mueren siempre las plantas o algo así... Pero este que acaba de firmar la Unión Europea para uso fundamentalmente de analistas financieros e inversores, que les ayuda a medir los riesgos aceptables, evitando que volvamos a sufrir otra megacrisis, me sugiere que quizá alguien tambien importante podría preocuparse por darnos a nosotros, los pedigüeños que ponemos en riesgo el sistema global endeudándonos para comprar nuestra casa, unos test de estrés financiero de ámbito personal.

Como hay que empezar por algo, he decidido someterme a mi propio autotest de estrés financiero doméstico y compartir el método con todos vosotros, amigos, futuros compradores de este nuevo, sencillo e incomparable libro de autoayuda para la supervivencia financiera individual en tiempos de crisis, el auténtico, el único basado (más o menos) en los Test de Estrés comunitarios.

Empieza, mi querido amigo, haciéndote las dos preguntas más sencillas sobre ti mismo como deudor, a saber: ¿Qué porcentaje de tus ingresos destinas mensualmente a pagar los gastos asociados a tener  una casa? Inclúyelo todo: la hipoteca o el alquiler, los impuestos que te cobran, los seguros que pagas. Dice la literatura financiera que manejan los banqueros que este porcentaje no debería superar el 28%. Que no te dé la risa: si ahora es superior haz algo, o sea, si cobras 1.000 euros, no pagues más de 280 euros por todo. ¿Imposible? Pues no tengas casa, qué quieres que te diga...
La segunda pregunta: ¿cuánto debes, además de la casa? Suma todo lo anterior, más otros préstamos (no hay nada malo en pedir crédito para un coche) y la tarjeta de crédito. Que sepas que a los prestamistas no les gusta que en total se pague más del 38% de los ingresos brutos anuales. Y la tarjeta la carga el diablo, eso seguro.

Más cuestiones a responder: ¿En cuánto has asegurado tu muerte? Lo ideal es tener un seguro de vida por valor de cinco veces tu salario anual o de diez veces si tienes hijos pequeños y grandes deudas (y si no tienes a nadie a quien cuidar, ni te preocupes de esto). Alguna cuestión más sofisticada: ¿has diversificado tus riesgos de inversión? No pongas todos los huevos en la misma cesta. Para ti no hay fondo para inyectarte solvencia.

Y la gran pregunta: ¿tu objetivo es jubilarte a los 65 después de haber satisfecho todo lo anterior y con una pensión equiparable a tu ritmo de gasto anterior? Esa, amigo, es, más que la gran, la única pregunta que importa. Y para ella aún no hay respuesta. Te recomiendo esperar a mi fantástico y aclarador segundo libro de autoayuda, que escribiré sin duda cuando alguien me diga a mí cómo contestarla.

Más Noticias