Multiplícate por cero

Siente un pobre a su mesa o la RSC

Una gran cantidad de ejecutivos de empresas españolas hablan raro. Utilizan palabras extrañas. Es como oír a los adolescentes. Dicen: "¡Tú lo flipas, ese es un pipa!". Yo tuve que preguntar y aún no tengo claro si pipa es lo que venía siendo pringao o, por el contrario, quiere decir chulo, o sea, sobrao. Lo flipas es, más o menos, ¡qué fuerte!.

Lo mismo pasa con esos ejecutivos cuando oyes lo que dicen. Por ejemplo, ¿alguien sabe qué quiere decir corporate fitness? Pues se utiliza en las empresas españolas. Forma parte de las recomendaciones de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, que acaba de publicar un tratado de retórica, oficialmente llamado La Responsabilidad Social de la Empresa. Propuesta para una Nueva Economía de la Empresa Responsable y Sostenible, una rigurosa respuesta desde la sociedad civil. Sabemos qué es "la sociedad civil", según este documento: Emilio Botín, presidente del Banco Santander, Juan Roig, presidente de Mercadona y del Instituto de Empresa Familiar, Ignacio Sánchez-Galán, presidente de Iberdrola, Ana Pastor, del Partido Popular, y Leyre Pajín, del PSOE, entre otros, hasta un total de 150 expertos dirigidos por Aldo Olcese, presidente de la sección de Ciencias Económico-Contables y Financieras. ¿Sabemos también qué es retórica? Depende. Pongamos como ejemplo un examen escolar de hace años. Una de las preguntas fue: " ¿Cuántos continentes hay?"; y un alumno contestó: "Unos 150, aunque no los conozco todos. He estado en los de Getafe y Alcobendas. Ahora se llaman Carrefour". ¿Es esto un diálogo de besugos o retórica?

Según los griegos clásicos, retórica es la manera de utilizar la capacidad de expresión verbal para comunicar correctamente las ideas. Hoy, gracias a la política y a las técnicas de marketing empresarial, retórica es el arte de salirse por la tangente, decir poco pareciendo que se dice mucho, con un lenguaje enrevesado. A la vista de este papel, creo que tanto lo que los empresarios explican sobre Responsabilidad Social Corporativa como los continentes y Carrefour son auténtica retórica, no una respuesta de besugos.

SOBRE LA HIPOCRESÍA

En la última década, en Occidente el mundo empresarial ha acuñado el término Responsabilidad Social Corporativa, con el acrónimo RSC; aunque la Academia de Economía lo ha rebautizado como Responsabilidad Social de la Empresa (RSE). Sin embargo, dada la profusión de actividades que se meten bajo el paraguas de la RSC y de la superficialidad de muchas de ellas, para algunos empieza a convertirse en falsa responsabilidad.

Sería como el "Siente un pobre a su mesa" que Luis García Berlanga retrató en Plácido en 1961, donde la hipocresía, injusticia y condescendencia con que las clases altas y rancias trataban a los pobres quedaron totalmente expuestas.
La historia transcurría durante la tarde del día de Nochebuena en una ciudad de provincias. La empresa Cocinex, fabricante de ollas, decidía iniciar una campaña de Responsabilidad Social Corporativa, titulada "Siente un pobre a su mesa", gracias a la cual los más pudientes eran llamados a hacer el bien entre los mendigos y los menesterosos, invitándoles a cenar esa noche tan señalada con sus muy acomodadas familias. Se organizaba una subasta donde cada ciudadano pujaba por su propio pobre. Una gran cabalgata de carrozas y coches recorría las calles saludando a los lugareños alborozados. A la cabeza de la cabalgata, montado en su motocarro, debía ir, portando una gran estrella de Navidad, Plácido, que vivía con su mujer
en unos urinarios públicos, donde ella era la encargada de fregar y cobrar las propinas. Pero Plácido no tenía la cabeza en la cabalgata, sino que lo único que podía pensar era en cobrar antes de que acabara el día para poder abonar la letra del motocarro y que no se lo embargaran.

PARALELISMOS

La RSC está muy bien y nada más lejos de mi intención denostar lo que de bueno tienen las ayudas sociales a colectivos desfavorecidos de todo el globo terráqueo ¿Pero qué pasa con la responsabilidad social laboral? ¿De qué sirve que plante árboles o cree escuelas si esa misma empresa contamina o tiene a niños trabajando en sus fábricas o talleres de países en desarrollo? Por lo menos que no sirva para que pensemos que es una empresa muy concienciada y responsable con la sociedad. En Plácido, el día de Nochebuena sentaban a un pobre a cenar en su mesa y el resto del año se olvidaban de él. No dejemos que ocurra lo mismo con la RSC: no basta hacer programas limitados, que se convierten en la mejor herramienta de propaganda publicitaria, si el resto del año las condiciones laborales de sus trabajadores no mejoran.

Por cierto, corporate fitness es "conjunto de medidas orientadas a fomentar la adopción de hábitos saludables por los colaboradores de la empresa relacionados con la práctica del deporte, una alimentación adecuada y la realización de controles médicos periódicos". ¡Acabáramos...!

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