Multiplícate por cero

El carrito de la compra

Cada vez que lleno el carro de la compra o le doy al OK de la lista de productos en Internet me sorprendo de lo que sale a pagar. Y pienso que se han equivocado, reviso la factura una y otra vez y siempre pierdo el tiempo: la factura está bien, lo que pasa es que la cesta de la compra está cara. No hay duda. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística, pero sobre todo lo dice la experiencia cotidiana de ir al mercado. Y en estas fechas navideñas mucho más.
La subida de precios en los alimentos básicos (pan, leche, pollo, huevos) ha venido provocada fundamentalmente por el encarecimiento de los cereales y, en consecuencia, de los piensos para los animales. Hasta un 60% han subido algunos productos. Pero eso era hace dos semanas. Hoy, 22 de diciembre, la razón de la subida no son los cereales sino el calendario.

Los márgenes comerciales en los productos navideños pueden suponer diferencias de hasta un 1.000% entre el precio de origen y el que paga el consumidor final, según la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. Por ejemplo, el cardo: el agricultor cobra 16 céntimos el kilo y el consumidor paga 1,90 euros el kilo. Total, doce veces más que lo que le llega al agricultor. En medio están el transportista, el frutero, el envasador, la cadena de supermercados, etc.

Los agricultores quieren que en las etiquetas aparezca, al lado del precio de venta al público, la cantidad que se ha pagado en origen. Todo lo que suponga transparencia está bien y a muchos nos sorprenderían las cifras. Los márgenes pueden ser escandalosos en algunos casos. Pero cuidado con estigmatizar a todos los intermediarios. Si en cada fase del proceso se aporta valor añadido (embalar las naranjas, matar al pobre cordero o acercar a las ciudades los ricos percebes), ese trabajo debe pagarse. Por eso, propongo que en la etiqueta aparezca no sólo la cantidad que se abona en origen sino lo que se lleva cada intermediario y el nombre del mismo. Así sabremos si lo pagado es un precio justo o no.

Ahora voy a llenar la nevera que, como siempre, está vacía. A los poco previsores la factura nos sale muy cara.

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