Multiplícate por cero

Desequilibrio agresivo

La reforma laboral abarata el despido hasta un 60% , afecta al empleo público y todo lo fía a subvencionar a las pymes.

Nos decían que iba a ser una reforma laboral equilibrada, para luchar "agresivamente contra el paro" y acabar con la dualidad indefinidos-temporales. Una reforma urgente que atacaba "la raíz del problema". Pero es una reforma centrada en abaratar el despido y en debilitar la posición sindical y del trabajador en la negociación colectiva.

Eso sí, acertó Guindos al calificarla de "extremadamente agresiva". Se trata de la primera reforma laboral de la democracia en la que no se ha informado ni consultado a los agentes sociales, al menos a los sindicatos. A la vista del resultado, a la patronal sí se la ha escuchado. Así, se generaliza el despido procedente de 20 días incluso para empresas sin pérdidas, ya que bastará con que sus ingresos hayan bajado tres trimestres seguidos. En estos momentos es difícil encontrar una empresa donde no hayan caído sus ventas o ingresos. Despedir con 20 días en lugar de 45 significa pagar un 60% menos de indemnización al trabajador (aquí también influyen los límites de mensualidades, 12 frente a 42).

También se reduce la indemnización por despido improcedente, al menos un 27%, al dejarla en 33 días. La rebaja no será retroactiva para los años transcurridos pero eso no significa que no afecte a todos. Esto es, un trabajador que lleve diez años en la empresa y que sea despedido dentro de cinco recibirá una indemnización por despido improcedente de 450 días por los diez primeros años (45 días por cada año) y de 165 días por los cinco años siguientes (a 33 días por año). La reforma le ha quitado dos meses de salario bruto.

Pero hay trabajadores a los que la empresa va a poder despedir totalmente gratis. Son los que contraten las pymes y autónomos con el nuevo contrato indefinido de apoyo a los emprendedores, con periodo de prueba de un año (en los contratos actuales este periodo va de dos a seis meses). Además, son contratos subvencionados durante un año.

Paro y sueldo

Este modelo de contrato puede resultar efectivo en un primer momento porque no hay escenario mejor para una empresa que poder contratar a un trabajador por el 25% de lo que le costaría en otras circunstancias (a mayores sueldos el efecto se diluye): puede acordar pagarle un 25% menos porque es el porcentaje que puede recibir de la prestación por desempleo junto con el sueldo, y hay otro 50% de la prestación que la empresa se deduce. Lo que no está garantizado es que ese empleo que se cree sea estable. Si la empresa despide al trabajador en el primer año le sale gratis y puede acabar incrementándose la rotación.

Con 52 reformas desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores en 1980, lo que la experiencia ha demostrado es que la creación de empleo depende del crecimiento económico y de la estructura productiva. Con la misma legislación laboral, en Andalucía la tasa de paro está en el 30,9% mientras que en el País Vasco se sitúa en el 12,6%. Y despedir cuesta lo mismo en ambas comunidades.

La fórmula Botella llega al mercado de trabajo

Nos habíamos tomado a chanza la propuesta de Ana Botella, alcaldesa de Madrid, de que fueran voluntarios los que prestaran gratis servicios en polideportivos y bibliotecas municipales ante la falta de dinero del Ayuntamiento. Y resulta que Rajoy la ha tomado en serio. La reforma obliga a que los desempleados que cobran el paro hagan servicios a la comunidad. Esto tiene una vertiente positiva porque servirá para reducir el fraude de los que combinan el cobro de la prestación y la economía sumergida. Pero puede acabar generando más parados: todos los que desempeñan ahora esos servicios de atención al ciudadano. Unido a que el decreto permite despedir a los empleados públicos con contrato laboral por oposición, el vaticinio no puede ser más negro.

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