Multiplícate por cero

Educación para aumentar la renta

Los españoles mayores de 25 años tienen, de media, 9,4 años de escolarización. En Estados Unidos, la población adulta ha disfrutado de 13,2 años de educación. Son casi cuatro años de diferencia.

Bueno ¿y qué? se preguntarán algunos. Esos cuatro años –prácticamente lo que puede durar una carrera universitaria o una formación profesional superior– influye en muchas cosas y una de ellas es el nivel de renta. El nivel de renta personal y, por extensión, la renta per cápita del país.

Por cada año que se incrementa el nivel medio educativo de la población, la renta media per cápita sube un 10%.
Un estudio de Rafael Domenech, catedrático de Análisis Económico, sobre la evolución de la productividad en España, que ha publicado la Fundación Alternativas, explica que la productividad del trabajo que existe en España representa en torno al 76% de la que hay en Estados Unidos –con datos de 2007–, y más de la mitad de esa brecha obedece a la diferencia en años
de escolarización.

Pero es que la educación no sólo afecta a la renta per cápita o a la productividad, sino también –como el sentido común anticipa y las investigaciones demuestran– influye en mayores tasas de empleo, de actividad y de inversión tecnológica. En definitiva, en el crecimiento económico de un país.

Ante estos datos pocos dudarán de que hay que poner manos a la obra. Y hacerlo ya. Inmediatamente. En estos momentos sólo nos preocupamos de las ayudas a los bancos, del agobio de los hipotecados, de la falta de liquidez de las empresas para abonar a sus trabajadores la paga de Navidad...

Todo muy importante y, sobre todo, muy urgente. Pero una vez pase la crisis, nos quedaremos con lo que ahora tenemos: un sistema educativo que no consigue acabar con el fracaso escolar y permanece alejado de las empresas. Llegará la siguiente crisis y volverá a golpear por no haber afrontado la reforma educativa que profesores, estudiantes y empresarios llevan años esperando. Reformas se han hecho muchas, pero sin el alcance suficiente y ninguna ha durado por la ausencia de un pacto político.

Y no es que no se haya avanzado. En 1960, más de un 10% de la población adulta era analfabeta en España y la mayoría apenas tenía la educación primaria: el promedio de años de escolarización no llegaba a cinco. Cuarenta años después, en 2001, el porcentaje de analfabetismo había descendido al 3% y el 60% de la población contaba con estudios secundarios o universitarios. Y casi se ha duplicado la media de escolarización. Pero han tenido que pasar cuarenta años para aumentar en algo más de cuatro años el nivel educativo en España. A un año por década. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para alcanzar a Estados Unidos? Al menos tres décadas, según los expertos.

Por eso es apremiante que se aborde la reforma educativa con un objetivo de estabilidad, es decir, con un pacto entre las fuerzas políticas que tienen o podrían tener competencias en educación. Esta es la conclusión del estudio de Domenech, quien también considera necesarios mayores recursos económicos, mejorar la gestión y organización de los centros y la formación del profesorado en un mundo de constante cambio social y tecnológico. Y algo imprescindible: lograr transmitir a los jóvenes el valor de la educación, de sus beneficios, para que sigan después de la educación obligatoria. El crecimiento social y económico del país depende de ello.

El Gobierno está negociando en estos momentos una reforma de la Formación Profesional para modernizarla y acercarla a las necesidades de las empresas. Tal vez, Zapatero debería ser más ambicioso y plantear un cambio global del sistema. Si estamos dispuestos a rehacer el sistema financiero mundial ¿nos vamos a arredrar ante una reforma educativa?

Más Noticias