Mundo Rural s.XXI

Manifiesto por un Mundo Rural vivo

       Autor colectivo: CRE

 

Si  tuviéramos que definir un puñado de rasgos identificativos del conjunto de España, su raíz rural, con sus campos, pueblos, montañas, riberas..., estaría sin duda entre ellos. La mitad de nuestro territorio, incluso los archipiélagos, corresponde a áreas de media o alta montaña con un relieve acusado. Todo ello condiciona de forma especial el hábitat, la forma de ejercer las diferentes actividades económicas, de crear y mantener infraestructuras o garantizar los servicios a la población. Desde mediados del siglo XX las instituciones han subyugado a este Mundo Rural en beneficio de lo urbano, si bien su diversidad, contraste y riqueza constituye un recurso que puede convertirse en palanca para el desarrollo del país.

 Una situación agónica que requiere un pacto de Estado

Los cambios habidos en las áreas rurales españolas en los últimos setenta años han sido de gran magnitud y profundidad: éxodo rural, metamorfosis del sector agropecuario (mecanización, industrialización y capitalización, PAC desde 1986), pérdida de diversificación económica y de peso específico en el conjunto. El primero ha sido el más determinante y es consecuencia de políticas iniciadas por el Estado franquista y continuadas por el Régimen del 78, que buscaban trasvasar recursos –humanos sobre todo- del campo a la ciudad. El estado agónico en que vive hoy el medio rural –despoblación, envejecimiento, marginalidad de servicios y economía- es consecuencia de todo ello y solo podrá revertirse implementando políticas institucionales diametralmente opuestas.

El Mundo Rural tiene una dimensión múltiple, compleja y transversal que se intensificará en el siglo XXI. En su seno tienen cabida todos los sectores económicos; los servicios han crecido y pueden hacerlo mucho más, pero también determinadas industrias que en España han sido concentradas en las áreas urbanas y periurbanas. Los recientes procesos de globalización, cada vez más al servicio de las transnacionales, así como los desequilibrios de la aplicación de la PAC en nuestro país (unos pocos propietarios reciben la mitad de los fondos y el 80% de ellos solo perciben el 20% de lo concedido) no han hecho sino agravar esta situación.

Marcos legales y medidas concretas

Es cierto que nuestros problemas tienen que ver con el avance de la mundialización, como los que afectan a la cadena de productos alimentarios o los derivados de nuestras políticas agrarias con los recursos europeos. Pero todos inciden inexorablemente en los procesos locales. Las luchas por la soberanía alimentaria, contra el inquietante TTIP y demás estafas del poder corporativo-financiero, son cada vez más compartidas en la aldea más remota, porque a medio plazo el proceso en marcha acabará afectándole para mal. Sin perder de vista este contexto, Podemos va a encarar el agónico estado de la España Rural y convertirlo en una cuestión de Estado.

Para solventar este acuciante problema que viene de lejos Podemos puede valerse de marcos legales que pongan en marcha la batería de medidas necesarias para revivir el mundo rural. La Ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el desarrollo sostenible del medio rural, complementada con el Real Decreto 752/2010, de 4 de junio, son instrumentos adecuados para tales fines con los retoques y actualizaciones necesarios. El bipartidismo parece que ha pactado mantener estas leyes y medidas en un cajón, exhibiendo un prácticas clientelares que solamente los partidos comprometidos en ser una herramienta real de cambio pueden apoyar la transformación hacia una nueva perspectiva ruralista para el siglo XXI. Eso exige medios, inversiones y compromisos de servicios, pero es una deuda inevitable tras décadas de desequilibrio a favor del ámbito urbano. Es necesario, en consecuencia, implementar desde las instituciones, en connivencia con los agentes económicos y sociales, una batería de medidas fundamentadas en la concepción heterogénea y transversal del Mundo Rural.

Podemos adquiere un compromiso decidido de defensa del Mundo Rural vivo y, para ello hemos elaborado un paquete de medidas prioritarias, de carácter holístico y transversales en sí mismas. Son medidas pensadas desde el Mundo Rural para el Mundo Rural, teniendo muy presente, a la hora de aplicarlas, una territorialidad acorde con las peculiaridades geográficas e históricas de este medio. En ese proceso el papel de la ciudadanía movilizada será fundamental. La experiencia de determinadas plataformas, reivindicando derechos atropellados e injusticias históricas, así lo pone de manifiesto. Los habitantes del medio rural y el resto de la ciudadanía, conscientes de la importancia de contar con un mundo rural vivo para el equilibrio social y territorial de nuestro país, debemos incrementar las presiones para que esta deuda histórica se haga realidad a través la acción política y reivindicativa.

En esta línea hemos convocado el I Encuentro de Círculos Rurales que tendrá lugar en Molina de Aragón el próximo 14 de noviembre. Sobre todo porque somos conscientes de que esta es una cuestión vital para nuestra supervivencia, de todos y todas, y tenemos que actuar políticamente en sintonía con los que defiendan nuestra perspectiva y nuestras medidas. No se puede esperar más, al borde del colapso, el mundo rural español se ha puesto en marcha quitándose el complejo de inferioridad que querían adjudicarle, poniendo sobre el tapete soluciones concretas en el marco de sólidas propuestas de sostenibilidad social y ambiental.

Consejo Rural Estatal de PODEMOS

(Espacio de trabajo que reúne a consejeros autonómicos dedicados al medio rural y marino, círculos sectoriales AGPA y Celtiberia-Mundo Rural y diputados autonómicos, nacionales y europeos dedicados al sector primario y a las políticas territoriales).

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