Jódete y baila

Dame carretera que quiero morir

Hace ya una semana y media que empezamos la gira para presentar el nuevo disco y no nos podemos quejar.

El primer cisco de la tournée lo montamos en casita, en la Capitol de Santiago, junto al grupo ye-yé más molón del globo: Los Chavales. Salió redondísimo con más de 400 personas en la pista de baile y juerga, bares, conversaciones varias y resacón criminal en el aeropuerto dirección Zaragoza el jueves, Barcelona el viernes, Granollers el sábado y Platja d´Aro también el sábado.

En el parking del Prat nos esperaba en una furgo nuestro tour manager y ahora también amigo, Unai, con su curiosa estética a base de melenas, barba por trozos, pantalones medio anchos, zapatillas de skater y mezcla de acentos vasco, catalán y del mundo: la combinación perfecta para trabajar con heavies, raperos, punkies, rockers y modernazos a la vez y sin que ninguno se queje por su no adecuación a las normas de su grupo. Con banda sonora rock and roll pusimos rumbo a Zaragoza, donde lo pasamos en grande con nuestro colega Jorge Rizillos y los aros del sostén –copa B- de una local, amiga de su novia, que se mostró muy simpática con nosotros.

Dame carretera que quiero morir

Dame carretera que quiero morir

Al día siguiente, camino de Barcelona, paramos en Vilanova i la Geltrú a zamparnos una paellita y una fideuá que nos dieron fuerzas para afrontar el resto del fin de semana. Por la noche tocamos en La (2) de Apolo en la fiesta de la agencia Third Eye Society junto a This Drama, con un público que bailó y cantó como si fuera la verbena de Pascua de Padrón. Y es que cuando estás en Barcelona rodeado de amigos y las cosas salen tan bien, te da pena irte a casa y dejar pasar la oportunidad de follar en el mayor parque temático del moderneo del Estado. Nosotros habíamos pensado en un gang bang o en una fiesta swinger, pero casi nos corren a boinazos –gorras hardcoretas en este caso- por espabilados.

A las dos de la tarde del sábado quedamos para recoger la furgoneta e irnos con Fuckin´ Bollocks y This Drama a tocar al Recordstoreday de Granollers. Como teníamos prisa por arreglar todo para poder tocar, le dijimos a un pizzero que nos cocinara con amor, y así lo hizo. El concierto fue rudo, sin prueba de sonido y al haber estado Obús tocado unas horas antes, el espíritu del heavy metal todavía no se había ido. Una pena no haber coincidido con ellos, porque siempre pensamos que el cantante podía ser el abuelo de un compañero de pupitre del instituto, con el pelo lacio y tendencia a vestir de mercadillo.

Nos trataron mal pero nos lo pasamos en grande, por lo que nada más acabar recogimos nuestros petates y nos fuimos a Platja d´Aro, en la Costa Brava, con nuestros hermanos catalanes Fuckin´ Bollocks. Por la noche, después del primer Real Madrid - Barça de la serie interminable de clásicos, tocábamos en el bar Skull. Para equilibrar la balanza, nos trataron fenomenal. La gente del garito nos abrió su casa y nos puso una calçotada y una butifarrada que nos metimos entre pecho y espalda y nos aprovechó durante toda la noche. Después, Jordi, el anfitrión, nos largó de su casa porque quería ver el partido en un bar, como buen patrón, y nosotros acabamos viéndolo en un bar árabe con los comentarios en árabe. Inolvidable.

El concierto fue de lo más divertido y brutal que logramos recordar, aunque cuando todavía íbamos por la mitad del repertorio vino la poli y mandó cortar con la música. En algunos pueblos no se aprecia la música en directo y prefieren discotecas llenas de pastilleros y calaña común. Qué le vamos a hacer...

El domingo fuimos a Barcelona a relajar y el lunes a Santiaguiño a dormirnos la semana, que cinco conciertos en cuatro días, con la seriedad que nos tomamos nosotros el rock and roll, no es de lo más sano que puede haber.

Visita anual a Malpica y Freakland Festival

La semana pasada hicimos la visita anual de rigor a Malpica, un pueblo de la comarca de Bergantiños, en plena Costa da Morte, donde la gente es tan bruta como amable, cariñosa, hospitalaria y sincera. Tocamos en el Bar Leño, en primera línea de playa y frente a las Illas Sisargas. ¡Perita! Como saben de nuestra afición por el futbolín, se empeñaron en no dejarnos marchar hasta sacarnos los colores en una de las discotecas locales. Habrá revancha, eso fijo.

Dame carretera que quiero morir

Decansamos el viernes y el sábado estuvimos en el Freakland Festival de Ponferrada. La verdad es que es un honor estar en un festival con tanta tradición. Un montón de grupos que nos encantan han pasado por allí a lo largo de los años. La gente de From Timba To Tumba, la asociación que organiza el festival, saben lo que se hacen, y te hacen sentir como en casa desde el primer momento hasta el último, que no nos acordamos cuando fue. Compartimos cartel con nuestros colegas alemanes The Toyotas, con un gordito americano que se llama King Louie, empeñado en cenar hidratos de carbono en su habitación, y con The Meows. Días antes había pasado por allí Guadalupe Plata, Wau y Los Arrrgggsss, Les Terribles y un montón de bandas maravillosas más. ¿Qué más le puedes pedir a una gira? –¿Que las chavalas te pidan que les firmes las tetas?-.

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