Jódete y baila

Fui a Gandia y me acordé de ti (2ª parte)

Fui a Gandia y me acordé de ti (2ª parte)

Tigruss es un antiguo cine del centro de Gandia reconvertido en estudio de grabación. Parece un museo de aparatos de grabación analógicos, aunque a nosotros nos llame más la atención por su estética que por sus cualidades técnicas.  También hay mil guitarras, bajos, baterías, amplificadores, teclados, panderetas y demás chatarra añeja. Nosotros, como no podía ser de otra manera, cogimos material bien antiguo y americano, apelando a la regla por todos sabida de que "si es americano es bueno", como el Winston de contrabando.

El estudio lo regenta Pepe, un chaval valenciano muy majo y limpito que consigue que todo funcione a la perfección. Ahora lo queremos como a un primo. Nos pusimos a grabar y, entre pieza y pieza, Pepe nos contaba anécdotas graciosas que pasaron en el estudio, como cuando Fon Román (ex Los Piratas) decidió que no le apetecía pagar el IVA –y no lo pagó- o cuando le robaron la guitarra a Coque Malla...

No era la primera vez que grabábamos un disco y tampoco fue poca la gente que, apelando a la abundancia, nos recomendó que contratásemos muchos días el estudio. Aclaración: alquilar un estudio de grabación es caro y aunque en nuestro pueblo la gente piense que desde que salimos en la tele cagamos oro, nos morimos de hambre y de sed como tododios. Aun así, decidimos hacer caso a los consejos de nuestros mayores y reservar el estudio toda una semana –igual hacía buen tiempo y nos podíamos pegar un  chapuzón en plenas Navidades-. Aparte de todo esto no hubo ningún problema. Habíamos ensayado mucho y teníamos perfectamente claro lo que queríamos y lo conseguimos. ¡Toma!

El proceso de grabación puede parecerle al pagano un acontecimiento de suma relevancia, donde fluye la creatividad y se genera un ambiente de debate artístico único. No es así. Según nos cuentan, es cuando los rockers viejos aprovechan para irse de putas y ponerse hasta las cejas. Nosotros, que somos más ordenados sexualmente, preferimos hacer las cosas bien y ligarnos a las chicas que vendían los potitos en la farmacia. Vender potitos debe ser algo tan tierno que cuando salen del trabajo se ponen como fieras. ¡Un saludo, amores!

A partir del tercer día el disco estaba más que grabado, por lo que decidimos probar con el balconing –muy típico en toda la costa mediterránea-, debatir sobre la nacionalización de la banca y alabar al ministro Caamaño  y a la madre que lo parió.

Volveremos a los estudios Tigruss de Gandia porque el disco quedó muy garajero y bailón, y tú, querida lectora, serás la primera en catar un adelanto. Además no podremos sobrevivir sin volver a probar las delicias de Casa Sanchís, los pasteles de Tano, el chorizo de la taberna Celta o las pizzas de Luis.

En resumen: estamos demasiado morenos para ser punks.

Puedes seguirnos en Twitter y Facebook.

Más Noticias