El socialismo es republicano

Elecciones, la banalidad como tónica general

La política se ha convertido en un circo mediático. Se ha banalizado con la, denigrante y patética, excusa de llegar a las masas simplificando los discursos políticos, sin profundizar demasiado en ningún asunto y utilizando mensajes directos y sencillos. Nos tratan como a descerebrados discutiendo lo indiscutible. Con discursos vacuos. No aportan argumentos. En momentos donde la crisis y el sufrimiento nos atosigan utilizan la tribuna del parlamento y por ende los debates y las entrevistas políticas para convertir lo que debería ser responsabilidad en la búsqueda del bien común en simple Sálvame Deluxe. "Una diputada del PP bebe los vientos por un diputado de Podemos. Les aseguro algo: no está entre mis funciones de presidente de mi grupo controlar la virtud de "mis" diputados, sino garantizar su felicidad. Si quieren conocerse, pongo a su disposición mi despacho" ¿Es esto serio cuándo está en juego nuestro futuro, nuestros derechos, la educación, la sanidad, el tener un puestos de trabajo, la vida digna, la solidaridad social, la igualdad de oportunidades,...?

La mayoría de nuestros políticos se pasean, seguramente previo pago, por los medios de comunicación, ofreciendo discursos vacíos y alejados totalmente de la realidad que vivimos. No denuncian la raíz de los problemas que nos acontecen ni proponen soluciones o métodos de gestión para paliarlos. La política se ha convertido en el nuevo circo televisado y los políticos burgueses son los nuevos Belén Esteban o Paquirrín de la televisión. La gente está siendo manipulada y no quiere darse cuenta, en la mayoría de los casos, porque teme ser rechazada y no es fácil salirse del rebaño. Los poderes económicos quieren que todos hagamos, pensemos y vivamos de la misma forma y para ello utilizan un arma, tremendamente eficaz, como son los medios de comunicación. No es fácil ser uno mismo siendo fiel a nuestros principios y valores. La mayoría hacen las cosas y viven por inercia. La gente que se sale del rebaño encuentra rechazo porque la sociedad está montada para que unos pocos manden y tomen decisiones por todos. Por ello, es vital que seamos críticos y obliguemos a nuestros políticos a mostrarnos las propuestas concretas que "el partido", no los candidatos, van a aplicar así como su justificación y viabilidad.

Europa sigue imponiendo recortes pese a que varios Premios Nóbel de economía han sido contundentes con el perjuicio que esto nos ha ocasionado y nos seguirá destruyendo. Angus Deaton, ganador del Nóbel de Economía por sus estudios sobre la pobreza, la desigualdad y el bienestar, ha sido muy crítico con las políticas de austeridad, asegurando que el mundo estaría mejor con menos austeridad y afirmando que España no le viene bien esta situación en la que está inmersa dentro de la Unión Europea. Otro Premio Nóbel de Economía, Joseph Stiglitz, considera que las medidas de austeridad han debilitado las economías nacionales y han perjudicado el crecimiento, al tiempo que han ensanchado la brecha de la desigualdad, apuntando la necesidad de que las grandes corporaciones paguen los impuestos que les corresponden para sacar los recursos que mejoraran el bienestar de la población, reduciendo la brecha de la desigualdad. Otros muchos economistas advierten que en 2017 volveremos a entrar en recesión.

Sin embargo, en plena campaña electoral apenas se habla de este tema. Sabemos, por una filtración, que Rajoy, Partido Popular, ha prometido a Bruselas más ajustes si ganan las elecciones. El Partido Podemos dice que negociará con Bruselas una reducción del déficit más lenta de la que imponen las autoridades europeas, jugada que recuerda mucho a la intentada por Alexis Tsipras hace ahora un año y que acabó con un país que entró en un corralito que dejó a sus bancos secos de liquidez desplomándose la actividad económica, teniendo que retirar todas sus promesas electorales y aceptando unas condiciones mucho más duras de las que ofrecía la UE al comienzo de las negociaciones. Ante esta realidad, un pueblo que ignora la historia está condenada a repetirla, Podemos gira su programa alrededor de la exigencia a Alemania de más dinero, o más margen con el déficit pero no aclaran cómo piensan actuar si la UE se niega a aceptar sus condiciones, es más se sorprenden de que exista esa posibilidad.

Ejemplos hay muchos en esta campaña electoral. Los cuatro partidos, que encabezan los sondeos electorales coinciden en la lucha contra el fraude fiscal y, prácticamente todos, prometen que podrán, sin subir los impuestos, aumentar el gasto público que saldrá de los resultados de estas acciones. A este respecto, algunos expertos ya advierten que la lucha contra el fraude fiscal no va a resolver, por sí solo, el problema del déficit ya que debería ser un programa que aborde todo el sistema fiscal en su conjunto porque muchas de las medidas fiscales que favorecen a los defraudadores o no se tratan o tan sólo se matizan. Además no comentan si van a incrementar la plantilla en unos 30.000 inspectores fiscales que, según estiman los entendidos, serían mínimamente necesarios para acometer esta promesa electoral. Tampoco nos trasladan si han previsto cambiar una legislación que otorga impunidad y no es efectiva en la lucha contra el fraude fiscal.

Tal como comentamos anteriormente, los economistas advierten de que tenemos en ciernes otra crisis y no se están sentando las bases para corregir los problemas de distribución. Las diferencias entre las rentas del trabajo y el resto son cada vez mayores, las retribuciones han bajado y la masa salarial ha ido perdiendo peso. La forma más eficaz de reducir la desigualdad en la renta es la fiscalidad y crear condiciones para que haya demanda. En estas elecciones oímos a los políticos lanzar cifras y promesas pero no hablan del método a seguir o qué fórmula van a utilizar. Somos políticamente adultos, o deberíamos serlo, para exigir verdades, concreciones y no ilusiones, ni miedos absurdos e infundados.

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