Extraños Delincuentes

El 'narcopatriota' de las 7 toneladas de cocaína

Él estaba orgulloso de ser español y lo dejaba ver en las instalaciones de su empresa. En un mastil ondeaba una bandera rojigualda de gran tamaño (quienes la han visto aseguran que sólo es superada en tamaño por la de la Plaza Colón de Madrid) y otras más pequeñas estaban repartidas por las instalaciones y los despachos. Y, sin embargo, España no puede estar demasiado orgulloso de él. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detuvo el pasado 28 de junio a Luis Moreno Jimena, un empresario madrileño que utilizaba presuntamente las empresas de maquinaria pesada y transporte que poseía para traficar con droga, mucha droga. Su arresto se produjo, precisamente, después de que se interceptara en Venezuela un cargamento con 6.725 kilos de cocaína, casi 7 toneladas, oculto en dos retroexcavadoras y dos caminones, que estaba dispuesto para ser enviado a España. Es el mayor alijo de esta droga detectado rumbo hacia nuestras fronteras.

Lo cierto es que Moreno Jimena, al que sus hombres llamaban simplemente como 'El maestro' o 'El Jefe', no era un desconocido para las Fuerzas de Seguridad del Estado. En octubre de 2007 ya había sido detenido, dentro de la Operación Pajarillo-Jazmín con 254 kilos de cocaína en una nave industrial de Arganda. Entonces, se le detectó un patrimonio inmobiliario impresionante valorado en 9 millones de euros y en el que había pisos, solares, chalés y cuatro coches de lujo. Sin embargo, el 'narcopatriota' no estuvo en prisión demasiado tiempo. Año y medio después ya estaba en libertad provisional a la espera de juicio y,  según la investigaciones, supuesamente siguió haciendo lo que mejor sabía hacer: importar cocaína del otro lado del Atlántico y acumular bienes y más bienes para blanquear los beneficios que obtenía.

Sin embargo, la Guardia Civil se volvió a cruzar en su camino. El pasado mes de febrero, agentes de la UCO volvieron a fijarse en él después de que les llegase una información de que alguien estaba intentado introducir en España un cargamento muy importante de droga oculto en maquinaria pesada.... el mismo lugar donde había aparecido la droga de Arganda tres años y medio antes. Las sospechas se convirtieron en certezas cuando los agentes rastrearon en todos los puertos españoles todas y cada una de las exportaciones de este tipo de que vehículos de obra hasta que encontraron uno sospechoso que había partido desde el puerto de Santander y tenía como destino Venezuela. La empresa consignataria del envío estaba en Barcelona, pero la que realizaba del envío resultó ser uno de las firmas del entramado financiero creado presuntamente por Luis Moreno, aunque él no aparecía como propietario de nada.

Las sospechas se incrementaron aún más cuando descubrieron que el 'narcopatriota' había pedido un permiso especial a la Audiencia Nacional para poder abandonar España -al estar pendiente de juicio se le había retirado el pasaporte- y desplazarse, precisamente, al país sudamericano. Los agentes llegaron a temer que hubiera huido definitivamente ya que, pasado el plazo que le había dado la Justicia, no había regresado. Sin embargo, se equivaron. Luis Moreno, que supuestamente viajó a Venezuela a supervisar cómo se escondía la droga en sus máquinas, volvió a aparecer a primeros del pasado mes de junio en España, mucho después de que caducase la autorización de la Audiencia Nacional. Por ello, en lugar de volar directamente a Madrid, había preferido viajar a un aeropuerto de Alemania, donde sorteó sin problema los controles de inmigración.

Los agentes pasaron entonces a controlarle estrechamente a él y a su círculo más cercano, formado por un sobrino, el hijo de su primer matrimonio y su lugarteniente, y a vigilar la gigantesca sede que posee en el polígono industrial de la Raya de Velilla, en el término municipal de Mejorada del Campo (Madrid). Allí tenía nsu sede varias empresas que, pese a la escasa actividad que parecían tener, acumulaban más de 200 vehículos pesados de los dedicados para obras y el transporte. También tenían una treinta de caros vehículos, entre coches de alta gama y automóviles y motocicletas de época, de los que era coleccionista. Incluso tenía un picadero con una treintena de caballos. Una vida a todo tren que, sin embargo, no le había impedido dejar de pagar las nóminas y las horas extras de los empleados de sus negocios legales. La crisis afectaba a éstos... pero no al tráfico de drogas.

Finalmente el 25 de junio las autoridades venezolanas, con la información facilitada por la Guardia Civil, localizaron en un puerto del país, a punto de partir hacia Bilbao, las retroexcavadoras y los camiones, cuya extructura había sido abierta y vuelto a soldar para camulflar los 6.725 kilos de cocaína. Tanta droga que los suministradores del 'narcopatriota' eran cuatro cárteles colombianos. Una vez confirmada, la incautación, los agentes de la UCO esperaron a ver la reacción del empresario y su gente de confianza, que aquel fin de semana habían acudido a Valencia a disfrutar, con todos los lujos, del gran premio de Fórmula 1.

Efectivamente, la noticia de la aprehensión les puso nervioso y el martes 28 de junio, Luis, acompañado de su mujer y sus dos hijas, emprendió viaje en coche rumbo al sur. Al llegar a la provincia de Jaén fue detenido. Entre el equipaje llevaba 95.000 euros en efectivo ¿Iba a escapar? La Guardia Civil cree que tal vez intentaba llegar a Sevilla para esconderse y, desde allí, planear su huída. Mientras, los agentes detenían en la sede de la empresa al resto de la banda: su hijo, un sobrino y un tercer individuo al que la policía considera su mano derecha. Allí aún ondean las banderas que tanto gustaba lucir a este 'narcopatriota'.

 

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