Otras miradas

¿En Galicia la lucha contra la violencia de género es un decir?

Marta Nebot

Periodista

Marta Nebot
Periodista

Las campañas institucionales solo tienen algún sentido si sirven para lo que pretenden y si lo que pretenden es un bien común incuestionable. Las temáticas de estos espacios caros, que sólo se justifican si generan un cambio a mejor en la población, suelen ser indiscutibles porque ya suele haber discusión sobre en qué medios se colocan y a qué precio.

En Galicia, con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer,  la Xunta ha sacado una con el lema "lo más grande de Galicia no se maltrata". El cartel retrata a unas gallegas gigantas, más grandes que los principales monumentos de las cuatro provincias.

¿En Galicia la lucha contra la violencia de género es un decir?En Marea, ha pedido en un comunicado su retirada porque "cosifica" a las mujeres, comparándolas con  patrimonio material y denota un "paternalismo patriarcal de lo más rancio". Según en Marea Feminista y cualquier feminista con dos dedos de frente, las mujeres no queremos ser las más grandes sólo queremos ser iguales y esta campaña es "superficial" porque no va a la raíz del problema.

Sin embargo, hay otras raíces que sí salen en esta foto...

¿Qué pretende realmente el publicista que inventa esto y la institución que lo compra? ¿De verdad creen que un maltratador se va a cuestionar lo que hace después de recibir este mensaje por cuñas de radio, prensa y televisión?   ¿Alguien se va a replantear algo gracias a semejante idea? Como mucho este mensaje podrá piropear al género femenino llamándolo monumento o incluso más que monumento. ¿Quiénes son consideradas las mujeres monumento en el lenguaje coloquial? Las buenorras. Así que, si nos ponemos puntillosas, en realidad esta campaña sólo consigue piropear a las monumentales.

Más allá del chiste, es inconcebible que con esto se pretenda luchar internacionalmente (como la efeméride indica) por la erradicación de la violencia contra la mujer y es lamentable lo que cuenta de las cabezas que maquinaron esta gran idea (por grande, digo).

Además, la presentación de esta campaña, de manos de Susana López Abella, la Secretaria General de Igualdad gallega, fue acompañada de cifras llamativas: el número de denuncias por violencia de género creció en Galicia un 22,23% en el último año.  Según la máxima responsable del ramo, esto es una buena noticia porque cuenta que cada vez las gallegas tienen menos "miedo" a denunciar y añadió –para apostillar su discurso positivo– que "el 74 por ciento de las mujeres que denuncian salen de la violencia de género". Eso sí para cerrar el discurso no podía faltar la coletilla habitual: aunque "queda mucho por hacer" para eliminar esta "lacra" de la sociedad.

Muy señora mía, si queda mucho por hacer pónganse a hacerlo y si no se sienten capaces de encontrar nada impactante que decir sobre un asunto como éste, que al menos haga pensar unos segundos, mejor gástense ese dinero en contratar bomberos. Y sí, lo que escribo tiene bastante mala leche pero es mala leche didáctica: apuesto a que este mensaje llega.

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