Otras miradas

Un día cualquiera en el transporte madrileño

José María Álvarez León

Primer teniente de alcalde de Rivas Vaciamadrid

Suena el despertador, son las 6:00 de la mañana del 7 de septiembre de 2015.Tengo que ir a trabajar. Me despierto, me ducho, bajo a desayunar. Mientras hablo con mi mujer y mis hijos termino de prepararme. No tengo mucho tiempo, entro a las 9 y se me está haciendo tarde.

Cojo el coche para llegar hasta la estación de Rivas Vaciamadrid, la que más cerca me pilla de casa. Veo irse al tren... Es lunes y la primera vez que me pasa esta semana, pero no será la última. Somos tres personas en el andén. Poco a poco va llegando la gente. Como el tren tarda, da tiempo a que se llene. Se acerca el metro a la estación y se para. Subimos mientras me pregunto por qué está privatizado este servicio, no lo entiendo.

Estación de Metro de Rivas Vaciamadrid
Estación de Metro de Rivas Vaciamadrid

Tampoco entiendo que mi título de transporte sea más caro que el de la mayoría de mis vecinos y vecinas porque somos el único municipio con dos zonas tarifarias en la misma trama urbana, y la diferencia de cruzar una calle nos penaliza el precio. Tras un rato y dos estaciones, donde el metro se va llenando de forma inexorable, me bajo en Puerta de Arganda. Cambio a la línea 9 (desde la 9B) y voy directo a Núñez de Balboa. Me vuelvo a cambiar de línea, de forma automática, me he acostumbrado. Ahora voy dirección a Alonso Martínez, donde al fin bajo del metro y continúo caminando.

Siempre pienso que, aunque tardo mucho en hacer el trayecto, realmente estoy a 19km de la Puerta del Sol. Estoy seguro de que si desde municipios como Villalba tardan menos en llegar a Madrid hay formas de conseguir que desde Rivas se acorten los tiempos.

Trabajo todo el día, me quedo a comer de menú, ayer no nos dio tiempo a preparar comida para llevarnos. No como mal, ni caro a pesar de la zona, en el trabajo ya sabemos dónde ir cuando no traemos la comida. Escojo algo ligero, para que no me entre sueño y aguantar bien la tarde.

Son las ocho, vuelta a casa. El camino a la inversa, el mismo, pero con más esperas. Aún hay menos frecuencia de trenes, fundamentalmente en la línea 9B. Llego a Puerta de Arganda, avisan por megafonía de que hay una incidencia y desconocen el tiempo que van a tardar en solucionarla. Esto ocurre en bastantes ocasiones.

No hay cercanías y mi única alternativa es ir a Conde de Casal a coger el autobús. Es tarde, tengo hambre y muchas ganas de ver a mi familia. Voy deprisa. Salgo del metro, voy a la calle, a una marquesina.

Esperando el autobús reflexiono sobre el estado del transporte, sinceramente son cosas que no se entienden. A veces pienso que desde la Comunidad se intenta castigar a Rivas por llevar tantos años de gobierno de la izquierda pero... ¿Entonces qué pasa con Arganda? No parece que ése sea el problema.

Teniendo en cuenta que salen desde allí autobuses para Rivas (casi 90000 habitantes), Arganda, Valdilecha, Chinchón, Vallecas, Santa Eugenia... no estaría de más la existencia de un intercambiador. Sería mucho más cómodo para conductores y pasajeros...

Por fin llego a casa, son casi las diez y media. Me da poco tiempo a disfrutar de un rato con mi mujer y mis hijos, mientras recaliento la cena y la engullo del hambre que tengo. Pero aprovecho los momentos en familia mientras nos contamos cómo ha ido nuestro día.

Suena el despertador, son las 6:00 de la mañana de un día cualquiera del mes de junio de 2017.Tengo que ir a trabajar. Me despierto, me ducho, bajo a desayunar. Hablo con mi mujer y mi hija, mi hijo se ha independizado hace poco, mientras termino de prepararme. Ahora tengo más tiempo y aprovecho para leer la prensa local.

Cojo el coche y voy al Ayuntamiento. Ahora soy el Primer Teniente de Alcalde de Rivas Vaciamadrid. Hace poco que lo soy. Llevo el tema del transporte. Quiero cambiarlo y me he empapado de toda la normativa.

Desgraciadamente la Comunidad de Madrid tiene casi todas las competencias. Sí, a través del Consorcio de Transportes. Pese a todo, lo estamos intentando. Resulta que para poner marquesinas, por ejemplo, el Consorcio tiene un número limitado de ellas al año, aunque en los últimos años no se ha llegado a alcanzar la cifra prevista, son caras, pero luego explotan la publicidad, con lo que al final lo caro puede resultar muy rentable. Mientras nuestros vecinos y vecinas que usan el transporte público tienen que esperar al autobús mojándose, cuando llueve, o aguantando el implacable sol en verano, sin nada donde cobijarse, porque las marquesinas que hay son del todo insuficientes.

Estamos pensando ponerlas nosotros, viendo legalmente cómo se podría hacer, es complicado. El Consorcio nos dice que aunque haya zonas como el barrio de la luna donde no llega el transporte no se puede hacer nada, de momento, porque en realidad estaría infrautilizado, no se pueden permitir pasear hierro, dicen, y ellos estarían obligados a retirarlo.

Entre tanto seguimos trabajando, sin descanso, en este tema, intentando que todas las zonas tengan transporte cerca, y seguimos reivindicando que nuestro metro no esté en manos privadas, que sea público, como en el resto de los municipios de la Comunidad de Madrid, o la mayoría.

Mientras tanto estamos haciendo, desde el Ayuntamiento, un verdadero esfuerzo por mejorar otro tipo de movilidad interna en el municipio, mejorando y ampliando el servicio municipal de alquiler de bicicletas, y en concreto ampliando el número de las eléctricas.

No vamos a dejar de trabajar para mejorar la calidad de vida y del transporte de los vecinos y vecinas de Rivas. No es algo que desconozca. Al fin y al cabo yo soy un vecino más.

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