Otras miradas

Irak: 'checkpoint' de laboratorio

Javier López Astilleros

Analista político

El hermano de Ahmed murió de un modo misterioso mientras conducía, tras salirse de la carretera. Dicen que su novia era una antigua amante de Uday, el hijo de Sadam. Y que el accidente fue provocado.

Después de esta tragedia, la familia se desplazó a Europa. Poco más tarde su hermana-que era maestra-quiso viajar a Irak. Su madre se negó, aunque no pararon su determinación. El país árabe estaba en plena convulsión tras la invasión estadounidense. Tras unas semanas en su país de procedencia, tuvo la mala suerte de saltarse un Checkpoint. Se puso nerviosa y aceleró. La dispararon en la frente y murió en el acto.  Los que decían que iban a proteger a los indefensos ofrecieron una compensación económica ridícula. La familia se sintió humillada y ultrajada. Se negaron a tomar el dinero.

Solo unos meses más tarde, la madre de Ahmed murió también a causa de un derrame cerebral. Según su hijo, no pudo soportar las dos pérdidas.

Es fácil que los protectores se conviertan en verdugos. Los Checkpoints llegaron para protegerlos, pero han humillado y asesinado a muchos inocentes. Es frecuente el robo de mercancías.Pero lo peor es la humillación sutil que sufren los que tratan de cruzarlo. Provoca un efecto demoledor sobre la conciencia de los sometidos.

En el mundo abstracto, algunos de los que protegen nuestras máquinas y privacidad nos engañan también. En el año 2017 se descubrió que el anti virus Checkpoint robaba los datos de sus clientes. Se transferían a un servidor externo. El resultado fue que los datos de millones de personas se vendieron a todo tipo de empresas. No pasó nada, no hubo muertos aparentes, aunque sí una violación manifiesta de algo hermoso y auténtico, como es la privacidad.

La seguridad es la verdadera industria del mundo. Si hay algo que proteger, ahí tenemos las cámaras y las vallas, los guardias públicos y privados, las barras y los candados, los cortafuegos y las concertinas, las aduanas, los militares, los antivirus y un sinfín de individuos, objetos y productos dedicados únicamente a cuidar de nuestras preciosas cosas y hasta vidas.

Hay momentos en los que parece que esa  enorme industria es mucho mayor que el valor propio de los bienes. Hasta los malvados buscan seguridad, y emplean  legiones de individuos para cuidar de sus negocios.

El hombre es el único ser del planeta que no trabaja como la mayoría de las especies. Al contrario, dedicamos enormes esfuerzos en proteger lo que fabricamos, de tal manera que cada cosa de valor está asociada a la protección que se cree que merece. Valorar la mercancía, de eso se trata.

La industria del miedo es muy eficaz. Y rentable.

¿Qué hacer cuando tu protector es un corrupto y quiere abusar de los demás? Ahí tenemos los  checkpoints virtuales y los tangibles. Unos roban tus datos, otros están diseñados para proteger a un pueblo de su propia gente.

El resultado es que hay empresas de seguridad que facturan más que muchos países.

Ahí tenemos G4S, Securitas AB, Brink, CACI, Booz Allen, Control Risks, Garda World. Miles de millones de dólares al servicio de un solo ejército.

Pero el Checkpoint también es un estado de opinión. Consiste en separar y segregar por capas a una población que antes vivía de un modo homogéneo. Esto obliga a establecer precisos controles de profilaxis, mientras una legión de expertos y especialistas se dedican a estudiar a la otredad. Diseccionan a la sociedad y a los individuos con guantes y mascarillas. Son Checkpoint de laboratorio.

La seguridad es la racionalización del miedo gestionado por una organización social sofisticada. Debe de estar latente y poseer sus propias insignias de poder. Los depositarios que garantizan la industria del terror son negros, árabes,  latinos, marginados, pobres y otros inclasificables.

Lo peor que te puede pasar, con la seguridad abstracta y la concreta, es que después de contratarlos, usen los datos sustraídos en tu contra. Es poco inteligente confiar tus secretos a un funcionario de seguridad. Si es corrupto, tarde o temprano se vuelve contra ti.

El permitir que alguien o algo penetre en tu casa es dejar la puerta abierta a toda vulnerabilidad. Buscar o subcontratar la seguridad a unos terceros es regalar la llave de tu partido, tu país, el gobierno, y todos los poderes, a unos señores que se pueden dedicar a la extorsión o traficar con la información.

En definitiva, ¿En qué se ha convertido la seguridad?

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