Otras miradas

¿Cómo matar a un periodista en un consulado?

Javier López Astilleros

Analista político

A nadie deben de extrañar las torturas y el asesinato(se sospecha que fue troceado) del periodista Yamal Khashoggi en el propio consulado saudí en Estambul. ¿Cómo pudieron ser tan atrevidos?. ¿Qué clase de impunidad es esta?

Hay muchas maneras de asesinar. Hay quien implora un tiro en la cabeza. Otros, en el corazón. Quien se atreve a torturar en una sede diplomática, además de osado, demuestra una crueldad infinita e infrahumana.

Se dice que Khashoggi era un patriota saudí. Que apoyó a la familia real en Afganistán, allá por los años 80, cuando los chicos del "yihadismo" eran los héroes al servicio de la libertad.

Manifestantes frente a al consulado de Arabia Saudi en Estambul sostiene fotos del periodista disidente Jamal Khashoggi. REUTERS/Osman Orsal
Manifestantes frente a al consulado de Arabia Saudi en Estambul sostiene fotos del periodista disidente Jamal Khashoggi. REUTERS/Osman Orsal

Fue en su juventud amigo de Bin Laden, hasta una discusión que tuvieron en Sudán en 1995, después de que Bin Laden mostrara su disposición a atacar Arabia Saudita.

Y fue amigo del ya fallecido jefe de inteligencia Turki Al Faisal. Los Faisal representaban cierta moderación en medio de la locura de la monarquía wahabí-salafi.

Yamal en sus primeros años criticó a la familia real por financiar el salafismo en Afganistán. También denunció a la casta clerical saudí, lo que llevó a su despido del diario Al Watan (2003), propiedad de los Faisal. Pasó una temporada como portavoz del embajador saudí en Washington (2005), en medio de disputas entre facciones saudíes, para volver Al Watan, y ser despedido de nuevo (2010), esta vez por publicar contra los salafistas.

Khashoggi celebró las revueltas en el Norte de África (las "primaveras árabes"). Poco más tarde se sumó al proyecto televisivo Al Arab (Bahrein), pagado Al waleed Bin Talal, el multimillonario saudí del "váter y trono de oro". Al Arab, después de 4 años de preparativos, comenzó a emitir en el 2015. Fui allí donde entrevistaron a un líder chíita crítico con el régimen Bahrein. El canal duró 24 horas, según David Ignatius, del Washington Post.

Sus críticas a la familia real le señalaron con saña y odio por las putrefactas cloacas de la élite saudí, adicta a Mohamed Bin Salman (MBS). Cuando MBS llegó al poder, decidieron machacar aún más a Yamal, aunque el periodista se mostró esperanzado tras la llegada del joven caudillo, tras la apertura de los cines, y el permiso para que las mujeres puedan conducir. Pero luego se vio la magnitud de las purgas, y el verdadero rostro de MBS.

Como han publicado todos los medios del mundo, Yamal fue al consulado saudí para pedir una documentación y poder casarse con su prometida de nacionalidad turca.

Tal vez pensó que era difícil un secuestro en Turquía, principal valedor de la Santa Hermandad Musulmana, aunque advirtió a sus amigos de lo que podía suceder, y de que avisaran a sus colegas en caso de que tardara en salir de allí.

Antes tuvo la lucidez de conectar un reloj inteligente a su propio móvil, con lo cual las autoridades de EEUU ya tienen las pruebas de lo que ha sucedido. Y las turcas parece que también. ¿A qué arreglo han llegado?. Trump lo tiene claro."No estoy a favor de impedir a un país que gaste 110.000 millones de dólares en compra de armas, que es un récord mundial, ni de permitir que Rusia se quede con ese dinero, hay otras cosas que se pueden hacer", dijo el señor del pelo amarillo.

Hoy la situación es dramática para la élite adicta a MBS. ¿Cómo deshacerse del niño mimado del imperio?. No es fácil. Son muchos años de alegre contubernio, de alianzas selladas en sangre y poder. ¿Cómo cortar los lazos de estas dos almas gemelas, aunque asimétricas?

La figura de un periodista torturado y troceado, tal y como señalan algunas fuentes, significa la desmembración del liderazgo saudí. En caso de que se haya producido un secuestro, también es del todo significativo. Porque efectivamente los guardianes de los santos lugares tienen a Meca y Medina como rehenes. Y a la opinión pública y publicada. La censura es una adicción que debe de ser tratada como un mal, pero para eso el enfermo tiene que reconocer su enfermedad. Y este parece herido de muerte.

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