Otras miradas

Eutanasia, llegas tarde

Anita Botwin

El miércoles fue detenido Ángel Hernández acusado de haber suministrado una sustancia letal a su mujer, María José Carrasco, de 69, enferma en fase terminal, para ayudarla a morir en su domicilio. El matrimonio madrileño llevaba años reclamando una ley de eutanasia y estaba esperando que el Congreso la aprobara. Después de pasar el día en comisaría quedó en libertad sin medidas cautelares. No obstante aún queda en la retina la imagen de Ángel esposado tras haber perdido a su compañera.

Al salir del juzgado, Hernández dijo unas palabras recordando las de su mujer: "a mí no me llegó la eutanasia, que sea por los demás". María José Carrasco dejó dicho en vida: "Quiero el final cuanto antes". Alguien podría pensar que este acto de amor y generosidad por parte Hernández a su mujer, es también un acto de amor, solidaridad y reivindicación por parte de ambos para todas aquellas personas que se encuentran en similar situación.

A la lucha de María y Ángel y anteriormente todas las demás que precedieron, se suman también la presentación en el Congreso de más de 280.000 firmas recogidas por dos familias a favor de despenalizar la eutanasia y el suicidio médicamente asistido.

Eutanasia. REUTERS
Eutanasia. REUTERS

En las encuestas se demuestra que la mayor parte de la ciudadanía desea morir sin sufrimiento, una muerte tolerable. En concreto, este estudio de Metroscopia demuestra que el 84% de los españoles apoya el derecho a una muerte digna. Por tanto, un elevado porcentaje reflejaría la transversalidad de este apoyo a la muerte digna en el total la población española. Por partidos, contaría con mayor amplitud entre los votantes de Unidas Podemos (96%), PSOE (91%) y Ciudadanos (89%) que en entre los del PP (66%) aunque aun así también recibe un gran apoyo.

Sin embargo, tanto PP como Ciudadanos bloquearon la propuesta del PSOE en la mesa del Congreso. Pareciera que su moral católica les alejara de lo que realmente debieran ser valores cristianos. Pareciera también que, no hicieran demasiado caso de lo que sus votantes opinan al respecto. Pareciera que, la Iglesia sigue teniendo un papel demasiado relevante para seguir paralizando algo que debiera ser un derecho humano. Tanto PSOE como Unidas Podemos han asegurado que registrarán una ley "con todas las garantías necesarias para las personas que deciden poner fin a su vida" de salir victoriosos en las próximas elecciones del 28 de abril. Para ello, ambos tendrán que contar con una gran mayoría para no volver a ser vetados principalmente por el Partido Popular o sectores cercanos al catolicismo más rancio y caduco.

Sin embargo, el consenso en la sociedad existe, hasta en los sectores más católicos, por mucho que no salga a la luz más allá de las encuestas. Cualquiera querrá evitar el sufrimiento de sus seres queridos. Ese sí es de sentido común, que es el común de los sentidos.

Sería importante que los negacionistas de la eutanasia fueran conscientes del dolor que ocasionan con su sinrazón a tantas familias, como ha sido el caso de María José y Ángel.

Llegado el caso de encontrarme como María, me gustaría que la eutanasia estuviera despenalizada. Llegado el caso de que algún ser querido mío estuviera también en una situación similar, haría lo mismo que hizo Ángel de no haber conseguido la despenalización. Seguro que tú también lo harías. No deseo que nadie de mi entorno tuviera que pasar lo que ha pasado Ángel Hernández o María José o lo que pasaron otros antes. En un país en el que la Ley de Dependencia no ha funcionado como debiera, ya no sólo nos ponen trabas para una muerte digna y el fin del sufrimiento, sino que muchas familias no reciben ayudas por parte del Estado para tener una vida digna. Por tanto, me pregunto, ¿cómo van a dejarnos morir dignamente si no se prioriza vivir sin sufrimiento?

En la carta que escribió en su momento Ramón Sampedro al anterior rey, Juan Carlos, le decía: "siempre hemos sido rebaño y parece que a muchos les interesa que lo sigamos siendo. En nombre de la sociedad y de su seguridad jurídica, no se puede cometer un atropello, una injusticia, contra un derecho personal (...). Majestad: respetuosamente protesto porque me siento desprotegido contra la maldad de unas minorías -pues la mayoría del pueblo está de acuerdo con mis planteamientos- que dicen actuar en nombre del Estado cuya máxima autoridad vos representáis".

Ramón Sampedro lo resumía así en una carta: "El deseo de la muerte, cuando, el sufrimiento es incurable, no atenta contra las leyes de la vida: es tan sólo el deseo de encontrar un lugar más placentero en otro punto del universo".

La eutanasia llega tarde. Ya no evitará el sufrimiento de cuantos no han podido morir dignamente, pero sí de los que siguen sufriendo a día de hoy. Negacionistas, tengan piedad.

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