Otras miradas

Un nuevo Podemos desde el municipalismo

Hermán Pinedo

Concejal de Podemos Tarragona

Sergio Moreno

Concejal Podemos L’Hospitalet de Llobregat

Ana Aroca

Concejala y portavoz Podemos en Molins de Rei

El 26 de mayo supuso un jarro de agua fría para las fuerzas del cambio en la mayoría de ciudades y pueblos de Catalunya. Siguiendo la pendiente deslizante de los resultados de las elecciones generales, hubo un retroceso de resultados en muchos municipios y no se lograron conquistar nuevos ayuntamientos. El PSC ha logrado sostener y aumentar sus resultados del 28 de abril, posicionándose de esta forma como el nuevo actor junto a ERC llamado a reconstruir la hegemonía política en Catalunya.

Los resultados para el espacio del cambio no fueron buenos pero, aun así, hay muchísimos elementos que permiten pensar en un relanzamiento constituyente en el próximo ciclo. Por un lado, se ha confirmado que el resultado de C’s en las autonómicas era un espejismo y que el partido naranja no ha sido capaz ni de blindar un nuevo espacio político en Catalunya ni de estabilizarse como principal fuerza de oposición. Por otro lado, Ada Colau está en disposición de mantener la alcaldía y la pérdida de un único concejal en un contexto tan adverso y tan complicado demuestra una cierta solidez del espacio del cambio.

En muchos municipios, En Comú y Podemos compitieron electoralmente y todo invita a pensar que si hubieran ido juntos se podrían haber sacado resultados determinantes para la conformación de gobiernos municipales de nuevo cuño, extendiendo así la ola democratizadora de Barcelona durante estos cuatro años.

Por ejemplo, entre los que escribimos este artículo dos hemos ido en confluencia. En Tarragona hemos logrado así doblar el número de concejales, aun siendo un resultado discreto hay el doble de representación de nuestro espacio político y somos llave de gobierno. En L’Hospitalet, se ha logrado mantener los tres concejales de Canviem L'Hospitalet, aumentando eso sí en porcentaje y número de votos y, por último, en Molins de Rei donde sí que hubo competición electoral Podemos quedó por delante de En Comú manteniendo su concejal y aumentando el número de votos.

Resultados insuficientes y que no han permitido disputar victorias, pero resultados que también son un suelo desde el que empezar a despegar y reconstruir una herramienta que está dando ciertos síntomas de descomposición. Tenemos muchos retos por delante, pero en estas elecciones municipales fue la primera vez que Podemos participó directamente como partido y, por lo tanto, es la primera vez que podemos hablar propiamente de una institucionalización completa de la herramienta (llevando representantes a todos los niveles institucionales, desde el Congreso hasta los ayuntamientos) que exige una reflexión profunda y colectiva que nos permita sentar las bases de un nuevo futuro de cambio.

El municipalismo fue el motor principal de las grandes transformaciones democráticas y sociales en la etapa 2015-2019. Nuestro país siempre ha tenido en la política local una avanzadilla de los grandes cambios que deberían extenderse al conjunto de instituciones. Ahora, tenemos por delante los grandes desafíos a los que un contexto difícil nos exigirá dar lo mejor de nosotros mismos.

El municipalismo fue motor y ahora debe volver a estar en el corazón del cambio pendiente en Catalunya y en España. Una organización más descentralizada capaz de adaptarse mejor a los contextos particulares de cada realidad local, una organización que se vuelva a construir desde abajo hacia arriba y una organización con un rumbo estratégico claro se nutrirá necesariamente del impulso municipalista. Un impulso que lleva 4 años consolidándose y que ahora vuelve a estar a la orden del día para empujar hacia el enraizamiento del espacio del cambio en el conjunto de territorios.

El 26M cerró un ciclo político pero dejó muchas semillas de cara a la nueva etapa que está por abrirse y que exigirá lo mejor de nosotros mismos para lograr consolidar un bloque social y político del cambio capaz de plantar cara a los grandes poderes económicos y capaz de poner las instituciones al servicio de la gente. Desde el municipalismo y desde las nuevas fuerzas vivas que amamos a nuestras ciudades, barrios, pueblos, vecinos y vecinas cogemos el relevo y lanzamos la apuesta por un renacer que nos permita volver a ganar en los próximos tiempos.

 

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