Otras miradas

Si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir

Anita Botwin

Anita Botwin

Pancartas y carteles en la entrada del Metro en la Puerta del ol durante la concentración del 15-M. PÚBLICO
Pancartas y carteles en la entrada del Metro en la Puerta del ol durante la concentración del 15-M. PÚBLICO

Decía así una de las muchas pancartas que se alzaban en la Puerta del Sol aquel 15 de mayo de 2011. Si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir. Éramos muchas las personas que, como consecuencia de la precariedad y la mal llamada crisis económica, nos sentíamos abocadas a un futuro gris y sin esperanzas.

Ocho años después de aquellos meses de movilización social constante en las plazas y en los barrios, nos encontramos en una situación similar de bloqueo político y a las puertas de una nueva recesión económica. Se percibe el mismo hartazgo que sentíamos por aquel entonces. Tan sólo somos más viejos y estamos más cansados.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aseguró ayer en una entrevista a La Sexta que "ni él ni el 95% de los españoles dormiría tranquilo con agentes de Podemos en el Gobierno". Pues bien, presidente, le diré quién muy seguramente tiene problemas para dormir:

Las más de 256.000 personas que tienen derecho a prestaciones por dependencia y no las reciben. El hecho de que no haya Gobierno y no se aprueben los Presupuestos Generales hace que nos encontremos en un bloqueo en este sentido. Son las personas más vulnerables en nuestro país y la inmensa mayoría de ellos fallecerán sin recibir la prestación que les corresponde por derecho si no se aprueban unos presupuestos. Entonces le digo, señor Sánchez quienes son los grandes afectados por no haber formado Gobierno.  Usted es el responsable directo sin lugar a dudas, aunque haya más factores –presiones económicas del IBEX 35- para poder comprender esta situación. La realidad es que 80 personas dependientes mueren cada día en España sin recibir la ayuda a la que tienen derecho.

Quienes tampoco pegan ojo son aquellas personas mayores excluidas de la Sanidad Pública. La promesa del gobierno de Pedro Sánchez de un retorno a la Sanidad Universal como derecho de toda la ciudadanía se quedó apenas en el preámbulo del Real Decreto Ley 7/2018 que anunció semanas después de llegar a la presidencia. Era la nueva imagen de un gobierno socialista que aseguraba que iba a acabar con las restricciones y las privatizaciones que habían caracterizado los mandatos del Partido Popular de Mariano Rajoy. Si los populares habían acabado en 2012 con la sanidad universal con el Real Decreto 16/2012 que contemplaba el acceso a la sanidad solo para las personas que cotizaran a la Seguridad Social, Sánchez decía el pasado mes de julio que todos los ciudadanos recuperarían el derecho arrebatado. Sin embargo y tal como ha denunciado Yo Sí Sanidad Universal en varias ocasiones, la reforma de Sánchez mantiene la división por un lado entre españoles y personas con permiso de residencia, y por otro el de las personas sin permiso de residencia.

Entre los que tampoco duermen se encuentran las personas que están en alguna lista de espera de Sanidad. Los datos hablan. Alrededor de 600.000 personas se encuentran en lista de espera quirúrgica en España. Pacientes que sienten como su enfermedad se agrava a la vez que su entorno. Mientras, la sanidad privada aumenta sus ingresos y se beneficia de este fenómeno. Ante esta situación existe miedo, miedo a morir, tal y como contaba en esta noticia, la Defensora del Paciente.

Además, se está desviando dinero hacia la sanidad privada, mientras se desvalija la pública. Según el Catálogo Nacional de Hospitales del Ministerio de Sanidad, en el año 2018, de 799 hospitales existentes en España, 451 son hospitales privados, lo que representa el 57%, con 51.332 camas (33% del total). Los recortes constantes de gasto sanitario desde 2012 contrastan con el aumento de presupuesto destinado al sector privado gracias a los acuerdos de "colaboración público-privada" que el Sistema Nacional de Salud (SNS) mantiene con el 43% de los hospitales particulares.

Más allá de los números y de los datos, quienes somos enfermas crónicas y visitamos los hospitales públicos más de lo que nos gustaría, nos encontramos con el deterioro de la sanidad pública. Necesitamos más profesionales trabajando; en muchas ocasiones vemos a los y las trabajadoras trabajando a destajo, especialmente en las Urgencias de cada hospital. Los turnos, la interinidad de muchas de las trabajadoras, especialmente mujeres y enfermeras, no ayudan en absoluto a mejorar la situación. Esta incertidumbre laboral también les quita el sueño a muchas personas a todos los niveles en nuestro país.

Por todo ello y mucho más que se me escapa y daría para muchos más artículos, la realidad es que muchos tenemos problemas a la hora de dormir y no son precisamente provocados por que haya ministerios de Unidas Podemos. Si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir, decíamos en las plazas aquel 15M. Y ese sentimiento sigue vigente en muchas de nosotras.

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