Otras miradas

Dos retos para Pedro Sánchez

Enrique del Olmo

Sociólogo y militante socialista

Enrique del Olmo
Sociólogo y militante socialista

Después del Congreso Extraordinario con la elección de Pedro Sanchez como Secretario General y de la nueva Comisión Ejecutiva, muchas interrogantes se abren sobre el PSOE en la situación actual y muchos flecos quedan colgando después del mismo, el más importante y fundamental que a pesar de un proceso innovador de elección directa por parte de la militancia de la Secretaria General, la configuración de la nueva dirección y posiblemente de la línea política se vea claramente condicionada por el viejo modelo asentado en las baronías

Sin embargo en lo que si parece haber coincidencia es en que el principal reto, después de haber orillado el compromiso de primarias abiertas para el candidato a la Presidencia del Gobierno, son las elecciones regionales y autonómicas en la primavera de 2015. Esa va a ser la particular prueba del algodón de la nueva dirección en general y de Pedro Sanchez en particular. Es ahí donde se va  a poner a prueba si hay un nuevo PSOE como gusta decir, si hay una reconexión significativa con la sociedad y si se configura como alternativa real de Gobierno a la catástrofe a la que nos ha conducido el PP.

A dos preguntas centrales tendrá que responder Pedro Sanchez y su equipo: ¿Se está dispuesto a profundizar en la vía de participación y democratización iniciada con la elección directa de Secretario General mediante la convocatoria de primarias abiertas a al ciudadanía en grandes municipios y autonomías, o se va a volver al viejo, obsoleto y dañino mecanismo de resolver las listas y los candidatos internamente? y segunda ¿Se es plenamente consciente que sólo poniendo rumbo a la alianza de las izquierdas y los movimientos sociales se podrá desalojar a la derecha de los gobiernos locales y autonómicos?

Las primarias abiertas a la ciudadanía en municipios y autonomías no son simplemente un instrumento de socialización de las decisiones, son una necesidad política de primer orden en el reencuentro del PSOE con la sociedad que se dice buscar. No garantizan nada pero son condición indispensable. Hay que mirar más hacia fuera y menos hacia dentro, cientos de miles de personas, millones que se han vinculado a los socialistas en los últimos tiempos de la historia de nuestro país y que los han ido abandonando sobre todo en el ultimo periodo, necesitan una primera señal y esta es que se quiere contar con ello, que se ponen decisiones importantes como los candidatos en sus manos. Y sin filtros ni mediaciones deformantes como los avales, cuyo único valor es tensar la militancia y facilitar el control de los aparatos. Mucho más sencillo que esto es libertad de presentación y dos vueltas, como ha sido en Francia, Italia, o Barcelona. Las primarias abiertas a la ciudadanía en autonomías y ciudades de más de 50.000 habitantes deben estar inscritas en primer lugar en la hoja de ruta que se marque el PSOE a la vuelta de verano si se quiere demostrar que los cambios van en serio.

Los resultados del 25-M y los posteriores estudios demoscópicos definen un escenario político nuevo, no se puede mirar para otro lado y pensar que las aguas volverán al cauce de  "la normalidad", esta normalidad es cosa del pasado y hay que situarse en el escenario presente. El último barómetro del CIS lo refleja con claridad: ascenso de Podemos, caída del PSOE e IU, pero en lo que nadie repara, será por interés o por olvido que la izquierda en su conjunto saca ¡¡8,8!! puntos a la derecha (incluyendo a UDyP). La sangría de votos socialista podrá haber parado o no, eso lo dirá la realidad pero lo que es evidente es que hay una reorganización del campo de la izquierda con el alza limitada de IU, con la irrupción de Podemos y con la organización de movimientos sociales dispuestos a disputar el espacio político. Y al PSOE se le plantea la clara disyuntiva entre derribar los gobiernos del PP en lo local y autonómico foco central de la perdida de derechos, del impulso de la desigualdad, de corrupción y de asfixia democrática o situarse al margen de la marea de cambio. Y esta marea es unitaria con todas las dificultades y complejidades que ello conlleva. A esto no se responden con una negociación postelectoral en función de los concejales o diputados obtenidos, es un proceso para el que hay que mostrar voluntad política desde el primer momento y cuyo desarrollo no tiene que ver con los clásicos y positivos acuerdos del PSOE e IU para gobernar que vienen desde aquel lejano pacto de 1979 entre Guerra y Carrillo, hoy la situación y las relaciones son diferente y el PSOE tiene que asumir este escenario para realizar una contribución fundamental al cambio demandado en tantas localidades por la gente. Esto,  si el PP lograse materializar el "golpe antidemocrático" de la elección directa de alcaldes se transformaría en una cuestión de supervivencia. Y esto no es un reto sólo para los socialistas sino para todas las fuerzas políticas y sociales que trabajan para un cambio, donde ninguna crítica, justa o no; ni ningún sectarismo puede facilitar la continuidad de la derecha en los Gobiernos locales.

El balón está en el campo de la izquierda.

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