Otras miradas

Madrid, el reto de trabajar activamente por la cultura

Carolina Alonso

Diputada y portavoz de Cultura y Turismo de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid.

Mariano Muniesa

Periodista, miembro del área de cultura de Podemos Comunidad de Madrid.

La estatua de Federico García Lorca situada en la madrileña plaza de Santa Ana, ataviada con una mascarilla facial. EFE/Rodrigo Jiménez
La estatua de Federico García Lorca situada en la madrileña plaza de Santa Ana, ataviada con una mascarilla facial. EFE/Rodrigo Jiménez

El valor social de la cultura, cuya recuperación y promoción siempre hemos considerado algo muy necesario para una ciudad y una comunidad como Madrid, probablemente a raíz de las condiciones de confinamiento a la que nos ha obligado la pandemia del Covid-19, esté adquiriendo ese reconocimiento que no tenía. Y ello se explica en base a la generosidad, la solidaridad y la entrega que una amplísima representación del sector cultural ha demostrado en estos días, poniendo a disposición de toda la sociedad, sin el menor ánimo de lucro toda su capacidad de creación, facilitando el acceso a través de la tecnología a conciertos y festivales de música on-line, visitas virtuales a museos, bibliotecas abiertas en internet, obras de teatro, circo o películas.

El enorme servicio que el mundo de la cultura ha prestado a la sociedad en estos días tan difíciles y tan llenos de incertidumbre es algo que tenemos que reconocer y agradecer al sector, aunque más allá de ese reconocimiento, es necesario, con toda seguridad ahora más necesario que nunca, promover políticas públicas y tomar medidas tanto a corto como a largo plazo que garanticen que pueda seguir desarrollándose y pueda hacer frente a la gravísima situación en la que se va a encontrar. No olvidemos que la mayoría de los artistas y compañías del sector cultural ya vivían antes de esta crisis, en la más absoluta precariedad.

Dos ejemplos que consideramos sumamente significativos: En un reciente informe elaborado por Artemad, Asociación de Empresas Productoras de Artes Escénicas de la Comunidad de Madrid, el imapcto del Covid-19 se ha traducido en la cancelación de un total de 286 representaciones de 17 compañías por un valor global de 589.283,60€. Esto supone un promedio de 34.663,74 € de pérdidas para cada compañía, al margen de que en la mayoría de las cancelaciones se ofrece un aplazamiento que aún no se ha concretado y solo el 12% de las representaciones han recibido confirmación de que tendrán lugar posteriormente, mientras que en cambio, el 26% de las representaciones no tienen opción de ser reprogramadas en otra fecha.

Por su parte, la Asociación de Profesionales, Artistas y Creadores de Circo de Madrid estima en un informe similar que las pérdidas para el sector madrileño para un mes de cancelaciones de espectáculos circenses asciende a 1.649.608,71€. La música (salas, festivales de verano, intérpretes, promotoras, etc.), el audiovisual, las artes plásticas, las editoriales, en todos los ámbitos, la cultura y sus profesionales se enfrentan a una situación de extrema gravedad, por lo cual, tenemos que exigir una actuación inmediata para paliar esta situación. Actuación que debe partir de los poderes públicos.

Recientemente se hizo pública en algunos medios de comunicación una carta que Marta Rivera de la Cruz, Consejera de Cultura, Turismo y Deportes enviaba al Ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes en demanda de la adopción de una serie de medidas de ayuda al sector, especificando 14 propuestas concretas. Cabe señalar que buena parte de esas propuestas, como por ejemplo aquellas que ponen el acento en el desarrollo del Estatuto del Artista y del Trabajador/a de la Cultura o acerca de nuevas formas de financiación de los presupuestos destinados a cultura son asumibles y de hecho, reproducen reivindicaciones históricas del sector que siempre hemos apoyado pero que no son competencia de la Comunidad de Madrid. Es más, la Consejería de cultura tiene asignadas unas competencias que puede y debe ejercer y dispone de unas partidas presupuestarias que debe ejecutar antes de reclamar actuaciones a otras instancias, como el Ministerio de Cultura en este caso.

No parece razonable que la consejera pida al gobierno entre otras cosas, activar un programa extraordinario y sustancial de compra de libros generales y universitarios para toda la red de bibliotecas públicas, escolares y universitarias de España cuando su consejería, en cumplimiento de la Ley 10/1989, de 5 de octubre, de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid, y de la Ley 5/1999, de 30 de marzo, de Fomento del Libro y la Lectura de la Comunidad de Madrid, tiene que desarrollar medidas en ese sentido, además de impulsar y gestionar el sistema bibliotecario de la Comunidad de Madrid y el fomento y promoción de la lectura pública, el libro, el sector editorial y la creación literaria.

En cuanto al criterio con el que la Comunidad de Madrid está aplicando sus políticas, sorprende que ante la necesidad de destinar la mayor cantidad posible de recursos a ayudar al sector, recientemente se haya sabido que la Comunidad de Madrid ha contratado, con carácter de emergencia, la realización de obras de rehabilitación de la cubierta de las oficinas del Centro de Asuntos Taurinos, ubicadas en la plaza de toros de Las Ventas, una intervención que costará 259.568 euros. ¿Representa esta medida un ejemplo de las prioridades del gobierno de Díaz-Ayuso en políticas culturales?

La Comunidad de Madrid dispone de medios cuya utilización inteligente tiene un enorme potencial para ofrecer al sector cultural de nuestra comunidad el apoyo que necesita. Desde hace tiempo venimos señalando, por ejemplo, que Telemadrid debería cumplir, cosa que desde hace años no sucede, su función de servicio público especialmente a la hora de visibilizar las expresiones culturales que conviven en Madrid. Ahora, a través de un rediseño de su programación y coordinación con el sector, puede ser un buen instrumento para la difusión y la emisión de contenidos culturales producidos en nuestra región. Las líneas de crédito que deben implementarse para ayudar a las compañías, promotoras o empresas que necesiten ayuda en este momento, y tal y como se ha señalado a través de la mesa de cultura, pueden tramitarse a través de la empresa pública Avalmadrid. Es además muy necesario que las ayudas a autónomos y PYMES se adapten a la realidad de un sector tan importante para el PIB madrileño (4%), además de representar el 22% del sector nacional.

Pero las medidas que necesitamos y que se han de tomar desde la Consejería no pueden esperar mucho más, porque es uno de los sectores económicamente más perjudicados por esta crisis, no sólo por las cancelaciones, sino porque no sabemos realmente cuando van a poder reanudar su actividad, y de no existir una reacción rápida para cuando llegue ese momento puede que ya no haya nada que rescatar.

No queremos terminar este artículo sin volver a insistir, primero, en nuestra gratitud y nuestro reconocimiento al sector cultural, que durante largo tiempo ha sido víctimas de ataques furibundos y de un notorio desprecio por parte de quienes han querido restar mérito a su trabajo. Una labor de desprestigio continuada en el tiempo por quienes han visto a la cultura como algo peligroso que amplía las miras de la sociedad y fomenta el pensamiento crítico.

Como se suele decir, "hechos son amores y no buenas intenciones", por eso el reconocimiento a su labor ha de plasmarse en unas políticas de apoyo a la cultura que contemplen la garantía no sólo de su sostenibilidad ante la situación de emergencia actual, sino que a medio-largo plazo, acabe dando soluciones a los problemas de precariedad, intermitencia, fiscalidad, etc. que la cultura vive, proporcione una estabilidad laboral y una remuneración justa a sus trabajadores y trabajadoras y muy especialmente, refuerce ese valor social que reclamamos para la cultura. Este reto nos implica a todos y todas.

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