Otras miradas

Algunos datos para intentar comprender la Badalona de Albiol

Miguel Guillén Burguillos

El líder del PP de Badalona, Xavier García Albiol, sostiene la vara de alcalde después de recuperar la alcaldía de la ciudad tras el fracaso de las negociaciones entre Guanyem Badalona en Comú y el PSC. EFE/ Andreu Dalma
El líder del PP de Badalona, Xavier García Albiol, sostiene la vara de alcalde después de recuperar la alcaldía de la ciudad tras el fracaso de las negociaciones entre Guanyem Badalona en Comú y el PSC. EFE/ Andreu Dalma

La dimisión del ya exalcalde Álex Pastor (PSC), primero, y la elección de Xavier García Albiol (PP), después, como nuevo alcalde de Badalona, ​​han hecho que la cuarta ciudad más poblada de Cataluña haya ocupado portadas de periódicos y haya abierto noticiarios de radio y televisión, además de propiciar numerosos comentarios en las redes sociales. El hecho de que un político del PP obtenga muy buenos resultados en las elecciones locales en un municipio tan importante es algo infrecuente en Cataluña, y a nadie se le escapa que la singularidad de Badalona hace que lo que ha pasado en las últimas semanas en la ciudad traspase su término municipal y se convierta en un tema de máximo interés político y periodístico.

Pero el objetivo de este artículo no es analizar lo que ha pasado en los últimos días ni más concretamente el hecho de que las fuerzas políticas progresistas de Badalona hayan sido incapaces de pactar una alternativa para evitar que una persona polémica (por decirlo suavemente) como Albiol vuelva a ser el alcalde. Si bien a última hora parecía que el PSC y Guanyem Badalona (el grupo encabezado por la exalcaldesa Dolors Sabater) se alternarían en la alcaldía durante los tres años que restan de mandato, finalmente el acuerdo no se produjo. El problema no es solamente, bajo mi punto de vista, los puentes rotos entre las diferentes fuerzas progresistas de la ciudad (empezando por Guanyem Badalona y ERC, que se presentaron juntas con la candidatura de la Badalona Valenta, liderada por Sabater), con las brechas abiertas por el procés independentista jugando un papel primordial, que también, sino algo más importante y que precisaría de un análisis más profundo y detallado.

Ahora, sin embargo, no disponemos de suficiente espacio y me limitaré a esbozar algunas hipótesis basadas en el análisis de datos para entender por qué el fenómeno Albiol se ha convertido en único además de exitoso. Más allá de la estrategia personalista, directa y ambiciosa que ayudó a idear Iván Redondo, actualmente jefe de gabinete del presidente Pedro Sánchez, hay que analizar algunos datos socioeconómicos que pueden servir para entender algunas cosas (no todas). Porque no lo olvidemos: los buenos resultados del PP en las municipales luego no se dan en las generales o autonómicas: en las últimas generales el PP fue cuarta fuerza en Badalona con un 9,33% de los votos, mientras que en las autonómicas de 2017 quedó en sexta posición con un 8,29%. En las últimas municipales, recordémoslo, la candidatura de Albiol obtuvo un 37,58%.

La gran cuestión es la siguiente: ¿qué ha pasado en Badalona para que los ciudadanos de los barrios obreros de rentas más bajas opten sin complejos por la papeleta de Albiol en las elecciones municipales? ¿Por qué en zonas donde años atrás ganaban las izquierdas ahora lo hace con tanta claridad uno de los dirigentes más significados del PP en Cataluña? Esta pregunta debería poner la cara colorada a los miembros de los partidos de izquierdas, aunque no estamos hablando de un caso aislado en Cataluña, ni en España, ni me atrevería a decir que en Europa. La desvinculación del electorado tradicionalmente de izquierdas de los partidos que teóricamente defienden sus intereses aparece de forma absolutamente cruda en Badalona, ​​y este hecho debería hacer reflexionar a los cuadros políticos progresistas de la ciudad, pero también de todo el área metropolitana de Barcelona y de más allá. La crisis económica, el proceso independentista, el auge de ciertas propuestas de carácter populista y otras cuestiones, sin lugar a dudas han formado un cóctel que, en el caso badalonés, ha llevado a que exista simbólicamente una clarísima polarización en la ciudad en torno a la figura de Albiol: mientras el ya alcalde gana en veinticuatro de los treinta y cuatro barrios de la ciudad, la candidatura encabezada por Dolors Sabater hace justo un año lo hacía a los diez restantes. Si nos fijamos en el mapa de la ciudad, observaremos un fenómeno que no es exclusivo de Badalona: mientras en los barrios de la periferia (los de menos renta, nacidos fundamentalmente de la inmigración del resto de España de los años sesenta del siglo pasado) gana Albiol, en los barrios más céntricos y marineros (con rentas más altas) lo hace Sabater. A nadie se le escapa que no sólo la renta tiene algo que ver en este fenómeno, sino que la cuestión identitaria juega un papel fundamental. Y eso Albiol lo sabe perfectamente, por eso sabe dónde tiene que ir "a pescar", porque probablemente también sabe que las formaciones tradicionales de izquierda han descuidado su electorado tradicional. Por eso también no tiene ningún problema en ocultar las siglas del PP cuando hace campaña. Recordemos un dato: mientras que en el mandato 1979-1983 la alcaldía la ostentó Màrius Díaz, del PSUC, entre 1983 y 2011 el cargo fue a parar a miembros del PSC: Joan Blanch, Maite Arqué y Jordi Serra. A partir de ese año, como saben, el fenómeno Albiol llegó para (hasta el día de hoy) quedarse.

Como he dicho al principio de este artículo, me propongo ofrecer un breve análisis de algunos datos para entender un poco mejor esta "Badalona de Albiol". He analizado los datos del estudio "Elaboración del mapa de barrios y de las áreas estadísticas de referencia, del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona, ​​de diciembre del año 2016, un trabajo muy útil de Fernando Antón, Albert Cónsola, Carles Donat y Sergio Porcel. Los datos que se ofrecen respecto de la ciudad de Badalona, ​​por barrios, los he comparado con los resultados de las elecciones municipales de 2019 en el municipio. Concretamente, me he detenido a analizar qué pasa si correlacionamos los porcentajes de voto al PP y a la candidatura la Badalona Valenta (Guanyem Badalona-ERC) con las siguientes variables: % de población con rentas bajas, % de población con nivel formativo bajo, tasa de paro censal, % de población ocupada no cualificada, % de población nacida fuera de la UE-15, y % de hogares con todos sus miembros mayores de 75 años.

En cuanto al porcentaje de población con rentas bajas (el estudio considera que lo son las que están por debajo del 50% de la mediana de la distribución de renta metropolitana), si lo correlacionamos con el porcentaje de voto a la candidatura encabezada por Albiol, veremos como hay una correlación positiva de 0,76, mientras que si nos fijamos en la candidatura de Dolors Sabater esta correlación es negativa: -0,82. Claramente, hay una relación muy positiva entre vivir en un barrio con mayor proporción de rentas bajas y votar al PP, mientras que en el caso de la Badalona Valenta pasa exactamente lo contrario: si vives en un barrio con más porcentaje de rentas bajas, hay muy poca probabilidad de votar esta candidatura. En el barrio de Llefià, por ejemplo, encontramos el porcentaje de voto más alto al PP (55,35%), donde el porcentaje de población con rentas bajas es de un 18,20%. En el caso de la Badalona Valenta, obtiene su mejor resultado en el barrio de Casagemes (52,25%), donde la población con rentas bajas desciende hasta el 14%.

Badalona Gráfico 1
Badalona Gráfico 1
Badalona Gráfico 2
Badalona Gráfico 2

Si nos fijamos en la tasa de desempleo censal, encontramos el mismo fenómeno: la correlación entre este indicador y el porcentaje de voto al PP presenta una correlación positiva de 0,61, mientras que la correlación con el porcentaje de voto a la Badalona Valenta es negativa: -0,65. Queda claro, pues, que los barrios con mayores tasas de paro presentan una probabilidad de votar a Albiol claramente positiva, mientras que en el caso de la candidatura de Sabater es exactamente al revés. En el barrio de Llefià (recordemos, 55,35% de voto al PP), la tasa de desempleo censal es de un 30,50%. En Casagemes (donde la Badalona Valenta obtiene un 52,25%), ésta baja hasta el 21,70%.

Badalona Gráfico 3
Badalona Gráfico 3
Badalona Gráfico 4
Badalona Gráfico 4

Estas son las dos variables con unas correlaciones más elevadas. En cuanto al resto que hemos propuesto antes, encontramos los siguientes hechos: respecto del porcentaje con nivel formativo bajo, podemos observar como cuando lo correlacionamos con el voto al PP hay una correlación positiva de 0,28, mientras que en el caso de la Badalona Valenta ésta es negativa: -0,35. Respecto de la población ocupada no cualificada, más de lo mismo: la correlación es positiva con el voto al PP (0,41), mientras que es negativa con la Badalona Valenta (-0,47). En resumen: en los barrios con menor nivel formativo y más trabajadores no cualificados es más probable votar al PP. En cuanto a los hogares con todos sus miembros mayores de 75 años, las correlaciones son bajas (negativa de -0,10 en el caso del PP, positiva de 0,13 en el caso de la Badalona Valenta). No consideramos significativo este factor.

Capítulo aparte merece el tema de la inmigración, que Albiol siempre ha usado para polarizar y tensionar, como en su momento hacía también Plataforma per Catalunya en diferentes pueblos y ciudades, en algunos con notable éxito. En este caso, observamos que si correlacionamos voto al PP con porcentaje de población nacida fuera de la UE-15, hay una correlación positiva de 0,36. En el caso de la Badalona Valenta, la correlación es negativa: -0,39. Es decir, en aquellos barrios con más inmigración, es donde es más probable votar al PP.

Como reflexiones finales, me gustaría incidir en el hecho que Albiol obtiene sus mejores resultados en aquellos barrios con rentas más bajas, con un paro más elevado y con más profesionales no cualificados. La cuestión identitaria también intuimos que juega un papel importante, pues se trata de los barrios periféricos con una proporción de la población muy importante originaria de la inmigración española de los años sesenta, que mayoritariamente se siente (en diferentes grados) catalana y española a la vez, y que en las elecciones autonómicas y generales opta por partidos no partidarios de la independencia de Cataluña. En el caso de la Badalona Valenta, esta candidatura obtiene sus mejores resultados en los barrios de la zona marítima y el centro de la ciudad, donde las rentas son más altas y el paro más bajo. Son las zonas donde los partidos independentistas suelen obtener sus mejores resultados, ya que sus vecinos y vecinas presentan en mayor proporción una identidad "sólo catalana". El factor identitario (junto con la lengua, que va relacionado), como sabemos, determina en muy gran proporción ser partidario o no de la independencia de Cataluña, según todos los estudios y encuestas.

Como vemos, varios son los factores que sirven para explicar esta "Badalona de Albiol" (permítanme esta expresión provocadora que he usado también en el título de este artículo): factores socioeconómicos, identitarios, la personalidad y liderazgo de Albiol , y como crítica final: una inoperancia de los partidos de izquierdas para seducir a su votante tradicional, algo que se da en otros pueblos y ciudades, pero que en el caso de Badalona se convierte en un hecho dramático.

El futuro que se abre pasará inevitablemente por reconstruir una sociedad marcada trágicamente por la crisis del coronavirus, y en el caso de Badalona parece que su gestión municipal más inmediata correrá a cargo de Xavier García Albiol y su equipo. Las formaciones progresistas y de izquierdas de la ciudad deberían empezar a trabajar desde ya para construir una alternativa, volver a seducir a su electorado tradicional, construir nuevos puentes y apostar por nuevos liderazgos. Y muy importante: fijarse en lo que les une y no en lo que les separa. Si no, hay Albiol para rato.

Más Noticias