Otras miradas

Bulos, bots y organización en redes: así intenta la extrema derecha empañar la celebración del Orgullo

Red Levadura

Iniciativa de personas unidas digitalmente por la pandemia y preocupadas por el ascenso de discursos de odio y miedo

Red de usuarios de Twitter relacionados por retuit
Red de usuarios de Twitter relacionados por retuit.57

La ultraderecha lleva desde principios de mes buscando oportunidades para empañar la celebración del Orgullo. Por ejemplo hemos visto cómo la campaña de Correos pintando con la bandera LGTBI buzones, furgonetas y sedes ha sido usada como oportunidad para estigmatizar al colectivo, levantado en redes una polémica que no se corresponde con la gran aceptación y recaudación de la campaña.

El discurso LGTBIfóbico está activo en redes. En Twitter desde principios de junio y fuera de los hashtags oficiales #Orgullo2020 y #OrgulloLGTBI encontramos una conversación paralela a la principal. En concreto a través de técnicas de análisis digital hemos identificado 8.539 cuentas tuiteando en torno a las palabras "Orgullo gay", "Orgullo LGTB" y "Orgullo LGTBI".

En la visualización de esta análisis de redes se representa a todos los usuarios participantes en esta conversación social con un nodo. Cada retuit que un usuario realiza a otro los conecta con una línea. Los usuarios se disponen en el espacio más cercanos entre sí cuando comparten más relaciones. Así identificamos dos comunidades principales que dirigen más retuits entre sus usuarios y no se relacionan tanto con otras comunidades. Esta análisis revela afinidad entre los usuarios y los mensajes giran en torno a las mismas temáticas. Nos sirve para descifrar la estructura de la conversación en Twitter e identificar dos comunidades. La comunidad morada gira en torno a una encuesta digital sobre los buzones arco iris de Correos. La verde son cuentas personales y no oficiales afines a la extrema derecha y seguidores de partidos como Vox que asocian la propagación del virus con las minorías:

Este tipo de perfiles crea una conversación carente de hechos fundados. Las tácticas de desinformación aprovechan estos contextos para la difusión de bulos. Lo que que se conoce popularmente como fake news (los bulos y la desinformación) consiguen calar en los lectores y generan una opinión distorsionada de la realidad. De esta forma, sale a la luz que los prejuicios contra determinadas minorías tienen una gran facilidad de expansión social, como ya han hecho con el acoso a los menores migrantes o la culpabilización al 8M por el coronavirus. De hecho, llevan semanas difundiendo la posibilidad de un rebrote por culpa de las manifestaciones del Orgullo LGTBIQ+ de este domingo 28 de junio.

Por el contrario los expertos señalan que la causa de los rebrotes son otras. Indican que las mascarillas son medida suficiente para detener la propagación del virus en manifestaciones al aire libre. Los estudios posteriores a las manifestaciones de Black Lives Matter en Estados Unidos indican que actualmente no hay una vinculación directa con los repuntes de contagios, como explica Erika Lautenbach, directora del Whatcom County Health Department en Washington. Concluye que hay más riesgos de contagios en reuniones sociales en bares y hogares que en manifestaciones al aire libre.

Es de esperar que la ultraderecha española aproveche este contexto para lanzar de nuevo mensajes contra determinados sectores sociales. Estas estrategias, como hemos visto en el pasado, se coordinan con desinformación en las redes y declaraciones provocativas por representantes politicos. Por ejemplo, el año pasado, Rocío Monasterio, diputada por Vox en la Asamblea de Madrid, pretendía la deslocalización del Orgullo del centro de Madrid a la Casa de Campo, argumentando la perversión de menores en la vía pública: "Cuando una madre, un padre puede salir con dos niños del portal de su casa, no tiene por qué encontrarse con ese espectáculo" (La Vanguardia).

De forma coordinada se difundía a través de Twitter y Whatsapp un vídeo de sexo explícito en la calle que atribuían falsamente a las calles de Madrid durante la reivindicación, en un intento más de crear una imagen distorsionada de lo que sucede en el Orgullo para tratar de generar un respuesta social de rechazo al colectivo y convertir en legítimos discursos ya superados por nuestra sociedad (Maldita.es).

Además cada día vemos cómo la extrema derecha levanta artificialmente trending topics a través de bots consiguiendo mayor alcance y aparentar un mayor respaldo social que el real. Se lanzan miles de tuits idénticos o se hacen retuits automatizados a determinadas cuentas en un periodo corto de tiempo.

En este ambiente actual de rápida difusión de bulos es importante ofrecer a los lectores más pedagogía y pensamiento crítico sobre el funcionamiento de los medios y las redes sociales. También los periodistas necesitan nuevas herramientas y conocimientos para preservar su capacidad objetiva y así evitar la propagación de la desinformación. Las nuevas políticas de Twitter contra el discurso deshumanizante no son suficientes para hacer frente al problema. El discurso de odio corre libre por Whatsapp alcanzando a millones de personas como informa Avazz. También Avazz revela en Facebook redes de desinformación en España afines a Vox que alcanzan a millones de usuarios. Por su parte, Amnistía Internacional ha denunciado la toxicidad de Twitter siendo un lugar de acoso para las mujeres. Iniciativas como la cuenta @nolesdescasito nos recuerda que interaccionar en Twitter con los mensajes de la extrema derecha excita al algoritmo y hace que el odio se muestre a más personas.

Por todo esto, las personas y agentes sociales tienen que colaborar y estar atentos para evitar que estas complejas estrategias de desinformación no sirvan un año más para distraer con sobre los debates sociales. Los protagonistas de estos días son las personas que componen los colectivos LGTBI+ y sus reivindicaciones: Denunciar el aumento de las agresiones, afianzar los derechos de las personas trans y migrantes o la despatologización de las identidades deben ser los protagonistas dominantes de la agenda mediática. El resto, es odio.

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