Otras miradas

Salud y educación, lo que nos jugamos en septiembre

María Pastor

Coportavoz de EQUO en Madrid y portavoz de Más Madrid en la Comisión de Educación de la Asamblea de Madrid

Una sanitaria toma la tempreatura a una mujer en un centro de atención primaria de la Comunidad de Madrid. REUTERS/Sergio Perez
Una sanitaria toma la tempreatura a una mujer en un centro de atención primaria de la Comunidad de Madrid. REUTERS/Sergio Perez

Septiembre debería ser un mes especial. Tras meses confinados y sin haber vuelto al cole antes, septiembre debería suponer el reencuentro de niños y niñas, familias y profesores, después de tanto tiempo viéndose a través de pantallas. Podría ser el comienzo de una nueva etapa, que no sería como la conocimos, pero que podría seguir siendo un espacio de aprendizaje y convivencia. Sin embargo, las condiciones en las que el Gobierno de Ayuso pretende que se vuelva a clase hacen que septiembre esté cerca de convertirse en una pesadilla para las familias, el profesorado y el alumnado.

El Gobierno de la Comunidad plantea la vuelta a clase como si no estuviéramos en mitad de una pandemia. No invertir en educación es como afrontar la nueva normalidad sin contratar los rastreadores necesarios: una política de anuncios vacíos, que nos pone en riesgo a todos y todas. Desde la comunidad educativa se está reclamando algo que es de sentido común. Para ayudar a cumplir las medidas de seguridad necesitamos grupos más pequeños, lo que conlleva más espacios y más profesores. También, los centros necesitan más presupuesto para la compra de materiales de protección suficientes para el uso diario. Pero es que si, además de garantizar la salud, queremos asegurar la calidad de la educación y el derecho de todos los niños y niñas, necesitamos inversión para garantizar los apoyos y los refuerzos que hacen falta para que nadie se quede atrás y hacerlo de forma segura.

Volver a clase nunca tendrá riesgo cero, pero jamás podremos aceptar el abandono a nuestra suerte, el desprecio a la educación y a quienes cada día trabajan por el presente y futuro de nuestra región.

Si queremos que nadie se quede atrás, necesitamos más recursos.

Si queremos que la escuela cumpla su función social, necesitamos más recursos.

Si queremos que la brecha educativa y social no crezca, necesitamos más recursos.

Si queremos una vuelta segura en septiembre, necesitamos más recursos.

Pero ante el sentido común, el Gobierno de la Comunidad de Madrid nos dice que no hay dinero. Quizás si fuéramos constructoras, toreros o Consejeros Delegados de Telepizza seguro que sí habría fondos. Porque, además, no es cierto que no lo haya.  Cada años este mismo gobierno perdona unos 5.000 millones a los ultra-ricos de nuestra región, mientras a las familias, profesores y alumnos nos dicen que no hay dinero para volver de forma segura en septiembre. Que el Gobierno de Díaz Ayuso haya elegido el beneficio de unos pocos a costa de la salud de una mayoría es algo inmoral.  Esa "libertad de elección" de la que tanto presumen parece que es sólo para elegir recortar y maltratar los servicios públicos y nunca para poder elegir entre centros públicos sin obras, sin superar las ratios y con recursos suficientes para una vuelta segura.

Madrid se merece algo más que un gobierno zombie incapaz de aprobar ni una sola ley ni tomar medidas que mejoren la vida de los madrileños y madrileñas. Madrid se merece algo más que un gobierno que desprecia lo público, lo común, lo de todos y todas, mientras privatiza hasta los rastreadores de quienes dependen nuestra salud. Madrid se merece algo más que un gobierno que aproveche la peor crisis sanitaria para recortar en la atención de los alumnos y alumnas que más apoyos necesitan para garantizar su derecho a la educación como son quienes tienen necesidades educativas especiales. Madrid se merece una escuela pública de calidad y segura, que garantiza a la vez el derecho a la educación y a la salud. Y como hemos hecho hasta ahora, seguiremos peleando para exigir lo que es justo, imprescindible y de sentido común: inversión, igualdad, calidad, seguridad.

Frente al desgobierno y la política a golpe de instagram,  Madrid y su gente nos merecemos mucho más.

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