Otras miradas

#SíSePuede desalojar a la mafia de la Comunidad de Madrid

Tom Kucharz

Activista social, político y ecologista

Tom Kucharz
Activista social, político y ecologista

Si sabemos aprovechar el momento histórico,
con mucha generosidad,
cada día iremos transformando la realidad y la política

Vivimos momentos de repolitización de la sociedad y una coyuntura extraordinaria. Y las personas que participamos en los movimientos sociales y populares también tenemos la responsabilidad de interactuar con los procesos de empoderamiento de la ciudadanía que se están impulsando desde diferentes proyectos políticos.

El 15 M fue el catalizador que repolitizó a la sociedad. Las calles, las plazas se llenaron de asambleas, debates, encuentros y protestas. Consignas como "no somos mercancías en manos de políticos y banqueros" o "no nos representan" pusieron de manifiesto el rechazo popular al capitalismo neoliberal y sus consecuencias. Y, más especialmente, la crisis de un régimen heredero del franquismo donde la "democracia" representativa ha quedado reducida a gobiernos tecnócrata-neoliberales gestionando el Estado a favor de las élites y del poder económico y financiero. Y, de eso en la Comunidad de Madrid sabemos mucho, y con nombres y apellidos: Esperanza Aguirre, Florentino Pérez, Alberto Ruiz-Gallardón, Ignacio González, etc.

Pero antes del 15M los movimientos sociales y populares no venían de "clamar en el desierto" –como se ha escuchado decir. Estaban organizados, activos y elaboraban respuestas colectivas a los recortes de libertades, las privatizaciones, la especulación, los ataques al territorio, las desigualdades y restricciones al derecho a decidir de las mujeres, la explotación laboral o las políticas racistas y antisociales. Así nacieron iniciativas como "Movimiento contra la Europa de Maastricht y la Globalización Económica", "Rompamos el Silencio", las luchas contra las instalaciones de centrales térmicas, el "Movimiento de Resistencia Global", encierros contra la "Ley de Extranjería", el "No a la Guerra", plataformas, foros sociales, consultas populares y un largo etcétera engrosado por miles de activistas y colectivos.

El 15M y las movilizaciones masivas contra la privatización de los servicios públicos, la troika, los recortes sociales, la reforma laboral, el rescate bancario y la deuda ilegítima se han construido sobre un acumulado de luchas sociales y políticas del pasado. Por ejemplo la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) se ha nutrido de décadas de luchas vecinales, ecologistas y del movimiento de ocupación que denunciaron la especulación urbanística, la "explosión del desorden" en las ciudades y los procesos de exclusión social.

Todo ese gran capital social de lucha e ilusión se sumó a las plazas con entusiasmo y a esa ruptura de los consensos sociales donde la PAH toma más fuerza que nunca, nacen las Mareas, los escraches, las Marchas por la Dignidad y se renuevan las movilizaciones feministas consiguiendo la dimisión de un ministro que tanto mal trajo a esta comunidad.

No se trata de "poner etiquetas", no se trata de hacer genealogías porque todo suma, todas y todos somos importantes, es una cuestión de reconocimiento, de respeto, de saberes construidos durante años y desde abajo.

Y, allí hemos estado trabajando codo a codo con personas como Carmén San José, Miguel Urbán, Jaime Pastor, Beatriz Gimeno, Alberto San Juan, Jorge Riechmann, Luis Montes y tantas otras personas vinculadas a la propuesta "Podemos ganar Madrid". Ellas representan los anhelos y las esperanzas de infinidad de activistas y personas anónimas de la ciudad.

Con personas como ellas hemos construido el análisis compartido de que una democratización de la sociedad y de la toma de decisiones políticas tiene que enfrentarse tanto al régimen neoliberal como las formas existentes de la representación política profesionalizada.

Me gustaría ver un poder popular ocupando las instituciones de la Comunidad de Madrid –infectadas por décadas de corrupción, malversación de dinero público y políticas anti-sociales y destructivas con el medio ambiente. Me gustaría ver algo similar a las primeras medidas que tomó el nuevo gobierno de Syriza tras la victoria –aunque no definitiva- del pueblo griego contra las políticas de austeridad.

Electricidad, agua y comida gratis para todas las familias que sufren pobreza y exclusión social. Cero desahucios y un dispositivo inmediato de vivienda en régimen de alquiler social, especialmente para jóvenes y personas mayores. Restaurar el acceso universal a la sanidad pública y abrir centros de atención primaria cerrados. Devolver sus puestos a las/os funcionarias/os despedidas/os de la Comunidad de Madrid. Una bajada sustancial de los costes de transporte público. Medidas urgentes contra la contaminación del aire que implica una reducción del transporte motorizado. Impuestos especiales para las sedes de las grandes fortunas del IBEX 35. Auditoría integral de la deuda pública con participación ciudadana. Romper los contratos firmados por la mafia porque los derechos humanos están por encima de la legalidad injusta. Revisión y reversión de la privatización de servicios públicos. Una apuesta por la reducción del consumo energético y el fomento de las energías renovables. Una política general de incentivos y penalizaciones en relación a los costes ecológicos de las distintas actividades económicas de la comunidad que incluye una revisión urgente de todos los planes urbanísticos, una moratoria de nuevas infraestructuras de transporte y una apuesta por el mundo rural vivo.

Años de acciones, charlas, asambleas, campañas, sufrir la represión policial, años de apoyo mutuo y también de soledades en los momentos más difíciles de la (des)movilización social me hacen confiar en las personas integrantes de "Podemos ganar Madrid". Saben del peligro de una asimilación por las instituciones –al que tendrán que escapar con mucha generosidad, abriendo las puertas de los despachos y sacando la gestión de la Comunidad Autónoma a las calles y pueblos-. Tendrán que pensar en grande, no subestimar lo alienante que pueden ser las maquinarias mediáticas e institucionales, no temer la rebelión democrática y no confundir el proceso social de cambio con el éxito de "su partido" y la toma de la institución. Los procesos de transformación van mucho más allá del cambio de color de la Comunidad de Madrid.

Confío también que mantengamos vivos los postulados radical-democráticos del 15M y de tantos otros antecedentes socio-políticos, y se siga nutriendo y –al mismo tiempo- fomentando la participación real y masiva. Para que la ilusión por los cambios políticos –desde el 15M hasta la irrupción de Podemos, las iniciativas Guanyem/Ganemos, pasando por las Mareas Ciudadanas y las Marchas por la Dignidad- no se apague, es necesario seguir abriendo el espacio político a las mayorías sociales excluidas de las tomas de decisión política. Para ello hacen faltan muchos espacios y herramientas concretas de inclusión.

E independientemente de las elecciones municipales-autonómicas, seguiremos en la tarea de transformación del sistema capitalista y patriarcal, llenando las calles y plazas con esperanzas y alegría y con la gente imprescindible, convirtiendo la movilización social en poder popular.

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