Otras miradas

El pavor del PSOE a las primarias

Enrique del Olmo

Sociólogo y militante socialista

Enrique del Olmo
Sociólogo y militante socialista

Como decía Cortazar, las palabras se desgastan y pierden su sentido. Son múltiples los ejemplos que podríamos señalar como conceptos y valores fundamentales y que pasan a ser vacuos a base de utilizarse como muletillas o justificación de cualquier cosa. Si en algún ámbito esto se produce de forma acelerada ese es en el de la actividad política. Podríamos hablar de palabras como libertad, democracia, igualdad, terrorismo, antisistema... Conceptos que se estiran como un chicle para justificar cualquier discurso sin el más mínimo rigor, sólo atendiendo a su connotación pública positiva o negativa.

Lo que se ha transformado en un caso paradigmático de uso y abuso es el tema del PSOE y las primarias. Primarias, si, primarias, no; primarias cuando me conviene; ahora abiertas, ahora cerradas; ahora con avales para que no haya primarias, ahora bajo los avales por esta o cual presión, el censo ni hartos de vino, la igualdad de medios no existe.... Desde el Congreso de Sevilla se viene jugando con el tema y lo que la realidad muestra nítidamente es que los diversos aparatos no tienen ningún interés en consultar a la ciudadanía, de tal forma que sólo cuando la presión crece se abren a los militantes, eso sí, con control de inquebrantable adhesión a través de los avales.

Hay casos paradigmáticos: el de la elección de Susana en Andalucía, el de Aragón, el de Murcia o el de Tomás y Carmona en Madrid; hoy pido primarias abiertas para todos con el fin de enfrentar a Rubalcaba, mañana cuando tengo que definir en mi territorio opto por las primarias cerradas a cal y canto con niveles de avales para bloquear la elección y con la sede regional trabajando intensamente para recoger los avales del oficialismo; y ahora, de nuevo, una vez cesado, otra vez a pedir primarias —no sabemos si abiertas o cerradas, me imagino que lo último—; este pavor a las primarias lo reflejó perfectamente el secretario de Aragón, Javier Lambán, que acabó denunciado en los juzgados diciendo que "las mejores primarias son... las que no se realizan".

Desde que se inició el runrún de las primarias abiertas, sólo podemos hablar de cuatro momentos donde se ha alcanzado un nivel razonable de calidad democrática: País Valencià; Illes Balears, Canarias y, sobre todo Barcelona, con un reglamento abierto lo más parecido a las experiencias italianas y francesas, que permitió concurrir a seis candidatos a dos vueltas. Con todo, hay que reconocer que la elección de Pedro Sánchez mediante votación de toda la militancia, gracias al órdago de Madina, también fue un ejercicio de participación democrática de los afiliados, más allá de otras consideraciones.

Ahora asistimos al caso de Madrid; el cese de Tomás Gómez y el dedazo. Ni por asomo se les ha pasado por la cabeza aprovechar el momento e intentar remontar al PSM desde la democracia y la participación, al contrario, cada cinco minutos se inventan un nuevo sistema y una nueva forma de "democracia" que evite el voto; tomar la tensión, recabar opiniones, estudiar sensibilidades, votación a mano alzada... Todo con tal de eludir el verdadero reto de encontrarse con la ciudadanía, eso es lo que da pavor, y así hoy salen las marcas blancas de Tomás Gómez: Zerolo, Valcarcel, después de nuevo Zerolo mientras Simancas dice niet.

Un espectáculo lamentable que tira por tierra la ilusión que podría despertar un nuevo proceso. Es evidente que Gabilondo es visto por muchos militantes y votantes socialistas como alguien de valor y muy diferente a las opciones que había, es obvio que genera una cierta expectativa, pero el mecanismo planteado hace que sea un nuevo dedazo del cual el PSM conoce ya muchos. Pienso que una persona de su valor ético y moral debería ser el primer interesado en un proceso plenamente democrático y participativo, eso le daría un extraordinario aval, mientras que el camino elegido le pone plomo en las alas al ser elegido (si lo es) mediante una pantomima donde el voto libre y secreto no existe. La autopista que le quieren poner está llena de baches.

Hay un argumento muy utilizado y del que se hacen eco algunos sectores que es que no hay tiempo. Otros dicen: "Yo estoy por las primarias pero ahora yo apoyo lo que diga la gestora"Sin embargo, como ha dicho con una enorme sinceridad Rafa Simancas: "El problema no es técnico, es político". Efectivamente, claro que es político, por eso mejor no escudarse en razones operativas o reglamentarias, igual que se modificaron las normas para que votasen todos los militantes a secretario general, se puede realizar un proceso abierto con participación de los ciudadanos en menos de un mes. Para ello apunto dos medidas concretas: supresión de los avales —que no aportan un ápice de garantías democráticas, sino sólo el control de los aparatos de turno—, y votación por medios informáticos y opcionalmente presenciales. Esto ya se está haciendo de forma generalizada en diversas formaciones y es el PSOE el que se resiste. Pongo un ejemplo muy cercano; las primarias abiertas para la alcaldía de Madrid de Ganemos-Podemos —un caso más complejo porque no es un partido— van a durar 28 días; incluyendo 10 días de presentación de candidatos, campaña, cinco días de votación, y se prevé que concurran más de 30.000 participantes.

Hace unas pocas semanas César Luena se ofrecía para dar lecciones de democracia a todos los partidos. La verdad es que poco bagaje puede presentar el PSOE en este tema; horror por las primarias abiertas, barreras de avales, manejo de los aparatos territoriales de la situación, ninguna garantía de igualdad de los candidatos... Tras varios años de marear la perdiz, el resto de los partidos han mostrado en la práctica que se puede hacer y cómo se hace: UPyD, Izquierda Abierta, Equo, Podemos, ICV, Partido X, y hasta la resistente Izquierda Unida se ha tirado a la piscina. Sólo el PP se mantiene firme en el dedazo y a veces da la sensación de que el PSOE también, aunque lo envuelva con triquiñuelas con lo cual la incoherencia se manifiesta de forma grosera.

Como dice un manifiesto con el que se están recogiendo firmas en las Agrupaciones socialistas madrileñas: "Las primarias abiertas no son sólo un mecanismo de elección de candidatos, sino es sobre todo el mensaje a los ciudadanos de Madrid de que queremos contar con ellos para impulsar el cambio y la alternativa en la Comunidad y en los pueblos. Hacer primarias abiertas no es tiempo dedicado a los temas internos, sino muy al contrario salir al encuentro con la ciudadanía, es tiempo ganado".

Las primarias deben ser una conquista de la ciudadanía para la reforma del sistema político, todos los partidos deberían incluirlas en sus formas de implicación con la gente, así lo señala, por ejemplo, el Foro + Democracia que agrupa a muchas personas que impulsan una nueva Ley de Partidos más democrática y transparente. El PSOE, que viene hablando sin cesar de dar pasos en esa dirección debe de demostrarlo no sólo con el uso del taumatúrgica concepto "primarias abiertas", para luego, en jugadas de cortas miras, limitar el procedimiento a un acuerdo entre sectores de diversos aparatos e intereses.

Pero la prueba de la realidad nos señala que mucha palabra y poca voluntad política: sólo miedo.

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