Otras miradas

Las feministas no odian a los hombres

Ana Bernal-Triviño

Parece absurdo a estas alturas titular un artículo así porque considero que es un bulo ampliamente superado por la sociedad. Pero cuando leí a la actriz Macarena Gómez decir:  "he sentido que hay un discurso de odio hacia los hombres", y leí los comentarios que en redes sociales despertaba esa declaración, comprobé hasta qué punto los bulos machistas se instalan con fuerza aunque todos los hechos demuestren lo contrario.

Me gustaría saber si en una sociedad con más de mil mujeres asesinadas desde 2003 y donde ocurre una violación (denunciada) cada cinco horas, podemos hablar de que el feminismo fomenta el odio hacia los hombres o si esto evidencia, más bien, la situación contraria. De unos hombres educados en el machismo que odian a las mujeres. El feminismo no asesina a los hombres, ni los viola, ni los acosa, ni los humilla, ni los expulsa de sus trabajos ni ataca a sus cuerpos. Y las cifras que apunto son solo en España. En otros países, donde la desigualdad es mayor, el panorama es aún más espeluznante.

Decir que el feminismo fomenta un discurso de odio se cae por su propio peso cuando hay informes académicos sobre la creación de un supremacismo machista, con una repercusión especial en las redes sociales. Desde los Incel que cometen atentados a las más de mil asociaciones inscritas que promueven mensajes en contra de las mujeres y que fomentan pura misoginia. Eso ocurre hoy día y, de forma paralela, no hay un feminismo organizado que promueva la violencia contra el hombre. Por eso, la idea de "el feminismo odia a los hombres" es una frase pronunciada con especial interés por partidos de ultraderecha.

Quienes sostienen esa frase saben que no es cierto porque no hay ni una sola ley en España donde el feminismo ataque a los hombres. Incluso el Tribunal Constitucional ya determinó que la Ley de Violencia de Género es constitucional, a pesar del debate que hubo con las penas (donde, por cierto, en lesiones graves con armas si la mujer es autora tiene más pena que un hombre). Decir que esa ley afecta a los hombres, en general, es como si yo me sintiera amenazada por la Ley del Menor cuando yo soy adulta. La Ley de Violencia de Género está dirigida contra los maltratadores, igual que en el caso de los delitos de odio por xenofobia no se criminaliza a los blancos, sino a los racistas. El problema es darse por aludido. El Convenio de Estambul ya establece que crear leyes específicas para las mujeres no discrimina a los hombres porque justo corrigen una situación de desigualdad previa. Por eso, la ley de Violencia de Género de nuestro país fue premiada por ONU Mujeres, el World Future Council y la Unión Interparlamentaria. Y jamás la palabra de una mujer condena al hombre por sí solo, porque estamos en un Estado de Derecho y garantista, donde prevalece la presunción de inocencia. Las mujeres que denuncian son las que tienen que demostrar los hechos que afirman, y no el denunciado. No hay inversión de la carga de la prueba. Mientras ella tiene que decir la verdad o es acusada de falso testimonio, él podrá callar o mentir, como en cualquier delito. Por lo tanto, no, el feminismo no crea leyes para dañar a los hombres ni para expulsarlos de sus trabajos ni para favorecer el odio.

Que el feminismo no odia a los hombres es evidente cuando, poco a poco, hay hombres que solo a través del feminismo reconocen sus errores en sus comportamientos y actitudes. Y no por eso son menos hombres, al revés. Creo que escuchar de nuevo las palabras de Álex García pueden hacer una ligera idea de que ese discurso de "odio al hombre" es una falacia porque el feminismo les ayuda a reconocerse y a ser mejores personas.

Decir que el feminismo "odia" es no conocer que la historia feminista reconoce a aquellos hombres que, lejos del protagonismo, defendieron que los derechos de las mujeres eran una causa justa y necesaria. Aunque podemos establecer matices por su perfil o por la época en la que vivieron, no se pueden negar las aportaciones, libros o declaraciones a las que se sumaron. Por eso es importante la memoria histórica feminista. Hombres como el padre Feijoó con "Defensa de la mujer", Poulain de la Barre con diversos textos donde incluso irónicamente se reía de los hombres machistas, John Stuart Mill y todas sus iniciativas a favor de los derechos de las mujeres e incluso dentro de su propio matrimonio, el marqués de Condorcet desde su actividad parlamentaria, la firma de treinta y dos hombres al texto de Séneca Falls, el apoyo al sufragio femenimo de Frederick Douglas (que había sido esclavo durante años) o los hombres que apoyaron a Clara Campoamor en la defensa del voto de la mujer.  El feminismo los contempla como aliados en la lucha por nuestros derechos y eso no es "odiar" a los hombres, es saber que una sociedad feminista se construye entre todos y todas y que hay hombres que no quieren tener nada en común con los hombres machistas. Por eso hay hombres que vienen a nuestras manifestaciones, porque quieren mostrarse en contra de los hombres violentos. Y eso no es odiarlos, eso es estar en contra de la violencia. Creo que es absurdo recordar que si las feministas odiaran a los hombres no querrían a los hombres de sus familias, sus hijos, sus padres, sus hermanos, sus tíos, sus parejas a las que adoran, sus compañeros de trabajo... Parece absurdo pero visto lo visto hay que recordarlo porque las feministas no son un grupo recluido.

Considera Mónica García que "estamos forzando el feminismo". Yo creo, al revés, que vamos lentos, porque tenemos aún convenios como el de Estambul que no hemos aplicado a nuestro Código Penal, y vamos lentos cuando además de otras situaciones de injusticia, tenemos a mujeres como esclavas siendo explotadas sexualmente en los prostíbulos. El feminismo no fuerza cuando las custodias siguen en manos de maltratadores o cuando ni siquiera las terapias contra los maltratadores son obligatorias. ¿Hay mujeres que asesinan? Claro, ninguna feminista ha dicho jamás que no haya mujeres que asesinen pero solo hay que ver las cifras de unos asesinatos y otros para evidenciar que unos hechos aislados se diferencian, y mucho, de asesinatos estructurales y sistémicos. ¿Que has podido escuchar de alguna mujer alguna frase donde, según tú, indique que odia a los hombres? Puede ser. Yo he escuchado de compañeras feministas comentarios despectivos sobre mi andaluz y no por ello pienso que el feminismo fomenta la  "andaluzfobia", sino que son casos aislados. Y para nada eso representa al feminismo sino a la persona.

Para terminar una última reflexión porque insisto en que hablamos de feminismo sin pensar nunca en las víctimas. ¿De verdad, no tiene derecho una mujer que ha sido maltratada psicológicamente, o que ha recibido palizas en su vientre estando embarazada, o violada o que ha sido obligada a comer su propio vómito para que "aprenda" la lección de su maltratador, o que ha visto cómo él pegaba o abusaba de su propia hija.... a sentir algo de rabia u odio hacia quien le daña? Desde luego, lo que no puede ni debe sentir es ni compasión ni una pizca de amor. Afrontar un duelo (y una etapa así es similar) pasa por diferentes fases, desde la negación a la ira a una etapa de negociación. Y puedo asegurar que en ese proceso el feminismo es el que les da las herramientas para sobrevivir y para comprender. Y puedo asegurar que ninguna de estas mujeres luego buscan el ojo por ojo ni odian a sus maltratadores. Con el tiempo sienten total indiferencia hacia ellos y viven en paz, tranquilas consigo mismas. Incluso se enamoran de otros hombres que no son violentos y que las respetan. Mujeres a las que el feminismo las salva. Hombres  a los que el feminismo también los salva del machismo. Y todo lo demás, está de sobra.

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