Otras miradas

La caja B del PP: ilegalidad e indecencia

Isabel Rodríguez

Diputada y secretaria general adjunta del Grupo Parlamentario Socialista 

Isabel Rodríguez
Diputada y secretaria general adjunta del Grupo Parlamentario Socialista isabel-rodriguez

Este lunes no fue un buen día para Rajoy, que se desayunaba con la resaca de la derrota electoral en Andalucía y se cenaba con el auto del juez Ruz que confirma que efectivamente hubo una caja B de la que es responsable el propio partido.

Esto último es de una gravedad extrema. El auto concluye que queda constatado un sistema ilegal de financiación del Partido Popular. Y aquí parece que no ocurre nada. El partido que sostiene al Gobierno y presidido por el propio presidente del Gobierno está inmerso en una causa, incumpliendo la ley y la actitud; es como si no fuera con ellos.

Parece que esto es el caso de un tal Barcenas que pasaba por allí. Y lo que realmente ocurre es que existen indicios fundados de que el partido del Gobierno se sirvió durante casi 20 años de fuentes de financiación ajenas al circuito económico legal.

Esto es más que Bárcenas. Por ello, desde Partido Socialista, personado en esta causa, vamos a recurrir por la no imputación de los secretarios generales del PP; no nos parece suficiente que se impute a los tesoreros y gerentes del partido. Pediremos a la Audiencia Nacional que se impute a los dos secretarios generales del PP durante los tiempos de la financiación ilegal de su partido, que son Ángel Acebes y María Dolores de Cospedal, y estamos estudiando también la petición de imputación del presidente del PP, Mariano Rajoy.

Esto debería ser un escándalo, en el que se dieran consecuencias no solo jurídicas sino también de depuración de responsabilidades políticas.

Esto debería ser un escándalo nacional, no solo porque es un hecho delictivo e ilegal sino también un incendio político de quienes gobiernan nuestro país.

Esto debería ser un escándalo, pero me temo que nos estamos acostumbrando a vivir estos acontecimientos con normalidad.

¿No es una indecencia política que se destruyeran los discos duros de los ordenadores para destruir pruebas? ¿Que se diga desconocer cómo se pagaron unas obras que costaron mas de un millón de euros? ¿Que se dilataran los informes que el juez reclamaba al Ministerio de Hacienda? Todo esto ha pasado en torno al caso que nos ocupa y con Rajoy, Cospedal y Montoro entre otros protagonistas.

Me asquea la corrupción. No podemos tolerarla en ningún caso. Exige del compromiso de todos y todas.

Espero que con este caso no ocurra lo que ha sucedido con otros episodios recientes. Hace apenas cinco, seis o siete años pudimos ver cómo en determinados territorios la corrupción política vivía con la necesaria intervención de empresarios corruptos y la complicidad ciudadana, que a pesar de las evidencias siguieron votando y ratificando en sus cargos a estos "personajes". Hoy estos casos siguen ocupando páginas de periódicos, están en plenos procesos judiciales y algunos de sus protagonistas, en la cárcel.

No se trata de responsabilizar a nadie, pero de verdad creo que ha existido corresponsabilidad. Aunque, por supuesto, la principal responsabilidad está en los partidos políticos, en las personas que los dirigen y en los propios gestores públicos que no han actuado conforme a ley.

La corrupción sigue siendo una de las principales preocupaciones de los españoles, según el último estudio del CIS, y es la principal causa de desapego y desafecto de la ciudadanía con la política.

Llegados a este momento, parece que todos hemos convergido en atacar la corrupción en nuestro país. Y debemos felicitarnos por ello. Pero esto no es cuestión de borrón y cuenta nueva. Debe caer todo el peso de la justicia, que el que la hace lo pague y la pague, por eso debemos felicitarnos por los trabajos del juez Ruz. Y, además, desde la política debemos exigir depuración de responsabilidades.

Para recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones es necesario resolver este asunto. Rajoy debería empezar por comparecer en el Congreso, dar la cara y asumir su responsabilidad, al menos política, en este asunto. Nosotros cada semana, hasta que se produzca, vamos a solicitarla.

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