Otras miradas

Gestionar mal lo público para llevárselo muerto

Anita Botwin

Hazlo funcionar mal para después sacar tajada y que no se note. Ese es el espíritu de la privatización del PP al que ya nos tiene acostumbrados durante más de una década de recortes. 

Las políticas del ahora trifachito en Madrid vienen desarrollando un desprecio por lo público, tras años de privatización en los servicios públicos. Llevan tiempo optando por la jugada de dejar morir poco a poco lo público, para hacer que parezca un accidente. El truco es contagiar en la ciudadanía un hartazgo generalizado, un hastío por lo lento que están yendo las cosas en lo público, y así, que al privatizarlo no quede tan obvio. Son tan retorcidos que son capaces de darle la vuelta al discurso y que en momentos de desesperación como el que vivimos, la población poco menos que les agradezca la privatización de la vacunación. Da igual cómo, la cosa es vacunarse. Algo así está ocurriendo con el mayor negocio de la pandemia: las PCR. Da igual cómo, la cosa es quedarse tranquilo para cenar con la familia en navidad. Mientras tanto, unos pocos hacen el agosto sanitario. 

El mismo 29 de diciembre, día en que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pedía al Gobierno central transparencia e igualdad sobre el reparto de las vacunas, el Consejero de Sanidad, se adjudicaba la ejecución con carácter de emergencia del contrato de servicios: Servicio de apoyo a la vacunación frente a Covid 19 en la campaña 2021 la Comunidad de Madrid. En concreto, la Comunidad ha otorgado 'a dedo' un contrato de seis meses a Cruz Roja por 804.098 euros para dar un servicio de apoyo a la vacunación de la COVID-19. La entidad privada aporta doce equipos formados por enfermeras con experiencia en suministro de vacunas, la logística ya había sido privatizada en un contrato anterior. 

La Comunidad vuelve a recurrir al sector privado en esta pandemia, a pesar de las reiteradas peticiones de los colectivos profesionales de lo público para que refuerce la Atención Primaria, completamente colapsada y sin dar abasto. Por 25 enfermeras Ayuso pagará 130.000€ al mes a Cruz Roja, y cuesta creer que paguen 5.200€ al mes a cada enfermera. ¿Dónde irá el excedente de dinero? Hagan sus apuestas.

Sin embargo, lo de la Cruz Roja en Madrid no es nada nuevo, ya que el 20 de diciembre de 2013, la Comunidad firmó un convenio con la institución para que esta realizara las campañas de colecta y extracción de sangre en las calles, las universidades y los centros de trabajo.

Ante las críticas recibidas, el Consejero de Sanidad argumentó que se trata de "una emergencia de carácter inaplazable". Y así es como funcionan ellos, aprovechándose de una situación dramática en la que la población está desesperada, siguen privatizando como siempre han hecho, pero a marchas forzadas. Ya lo hicieron en plena pandemia con la gestión de las PCR firmando un contrato con la empresa privada Analiza Sociedad de Diagnóstico para la realización de estas pruebas de diagnóstico a los pacientes de Atención Primaria y del Summa 112. Cada PCR costó 93 euros. El coste total ascendió casi a los dos millones y medio y la adjudicación se realizó el pasado 20 de mayo por procedimiento sin publicidad.

La Comunidad de Madrid es la que menos invierte por habitante en Sanidad y atención primaria, y sus dirigentes apuestan claramente por lo privado, sin tapujos. El consejero de sanidad aseguró en una entrevista en el diario El Mundo publicada el pasado mes de abril que se "reafirmaba" en defender la gestión sanitaria privada. "La primera oleada de casos fue el hospital de Torrejón, que es público con gestión privada. Se está demostrando que la fórmula de hospital público bajo gestión privada funciona y es capaz de dar respuesta extraordinaria eficiente y productiva". 

Ayuso continúa el legado privatizador de su antecesora Esperanza Aguirre, quien durante sus años al frente de la Comunidad de Madrid dio luz verde a la entrada de empresas privadas en la gestión de hasta siete centros hospitalarios madrileños, generando unos sobrecostes de 3.000 millones de euros para las arcas públicas. 

Ellos siguen usando argumento para decir que lo público es lo malo porque no funciona, y lo privado lo bueno, así que terminamos financiando con dinero público a unos empresarios que ven aumentada su riqueza y que encima, muchos de ellos, son fondos buitre, por lo que sus ingresos no se quedan en España. Nada nuevo en el dios mercado, amigos. 

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