Otras miradas

A propósito de Morón

Willy Meyer

 

Willy Meyer
Miembro de la dirección de Izquierda Unida

Vienen tiempos de cambios, como consecuencia de las movilizaciones y presiones sociales contra una forma de entender y practicar la gestión política en todas y cada una de las facetas que afectan a la vida de las personas.

Afortunadamente, son ya muchas las fuerzas políticas y sociales que demandan, atendiendo a las movilizaciones populares, un cambio en la orientación económica, que hizo de la austeridad y la desregulación económica y financiera la bandera principal del gobierno, llevándose por delante todas las conquistas sociales y la propia Constitución.

En los próximos meses asistiremos, sin lugar a dudas, a debates apasionantes sobre las distintas alternativas en todos y cada uno de los aspectos que tienen que ver con el gobierno y entiendo, que es imprescindible en esos debates, que la Política Exterior de Seguridad adquiera el protagonismo que se merece en función del papel que las distintas Administraciones han asignado a España en el marco de la Unión Europea y de la Alianza Atlántica.

La reciente aprobación en el Consejo de Ministros del Tercer Protocolo de Enmienda al Convenio Bilateral de Defensa con los EEUU de América, por el que se permite el uso de la Base Aérea de Morón de la Frontera como Base Principal de los EEUU para África (USAFRICOM) con un aumento considerable de personal militar y civil y de transportes aéreos, responde directamente a los intereses de la Administración norteamericana diseñados por el Pentágono y no a nuestros intereses, que debieran circunscribirse, por nuestra especial situación geoestratégica, en reclamar hacia África y Oriente Próximo medidas activas hacia el desarme, el cumplimiento estricto de la Carta de Naciones Unidas, la solución pacífica de los conflictos y la desmilitarización de la Seguridad.

El 19 de Abril, el gobierno autorizó a los EEUU el incremento temporal de efectivos humanos y materiales para intervenir en África pero, y seguro que atendiendo al cambio de la próxima configuración de las Cortes Generales, la Administración norteamericana aceleró su petición de convertir Morón en su base principal para África.

Los intereses de la Administración de los EEUU se concretaron en 2009  en el Libro Blanco del Comando Aéreo de Estados Unidos (Global En Route Strategy), de la Universidad de la Fuerza Aérea Estadounidense, donde se pronuncian claramente por convertir a España en aliado preferente dada la situación geoestratégica y la gran capacidad de las dos bases de Rota y Morón desde las que opera tanto la fuerza aérea como la U.S. Navy .

Las conclusiones sobre Rota son claras:

Antes de 2025, la base gaditana debe estar situada entre las tres bases claves del planeta –denominadas Tier 1, actualmente ocupa Tier 2. Eso supondría situarla al nivel de las bases de  Ramstein, en Alemania, o de Hickman (Pearl Harbor, Hawaii).

En el informe se incluye una descripción de las características que hacen de Rota una base "única en el mundo":

. Es la única base en Europa que está operativa las 24 horas los 365 días al año.

. Tiene un puerto de aguas profundas, lo que permite atracar grandes buques.

. Permite múltiples capacidades logísticas: aire-mar y viceversa.

El combustible y armamento para las aeronaves llega por mar directamente a la base. De esa forma se reduce el gasto y la fuerza de protección necesaria para trasladarlo de un puerto alejado de la base aérea militar (algo que ocurre en la mayoría de las bases).

. Su pista de aterrizaje alternativa está muy próxima, en Morón de la Frontera. Lo que permite operaciones de gran envergadura.

La localización del escudo antimisiles en Rota, autorizado por el gobierno del Presidente Zapatero, reafirma ese interés de la Administración norteamericana en la Península Ibérica como teatro de operaciones y el nuevo papel de Morón hacia África acentúa su importancia.

El Nuevo Convenio enmendado permitirá desplegar hacia Morón, parte de la 2ª Fuerza Expedicionaria de Marines de la Base norteamericana de Camp Lejeune de Carolina del Norte, una unidad capaz de operar independientemente al contar con fuerzas aéreas y elementos logísticos que le permite activarse en 6 horas y desplazarse en pocas horas a África en coordinación con las bases de Yibuti, Níger, abarcando así el Magreb, el Sahel y África Subsahariana.

España se convierte, en la práctica, en una de las zonas estratégicas europeas, para la acción exterior y militar de los EEUU de América, desplazando progresivamente a Italia.

Y es aquí, donde surge la necesidad de un debate público desde el punto y hora que la política exterior y de seguridad de los EEUU se caracteriza por actuar o, bordeando el Derecho Internacional, o claramente en contra del Derecho Internacional.

Permitir su presencia militar para actuar desde España es aceptar su código de conducta en materia de detenciones ilegales, espionaje electrónico, ejecuciones extrajudiciales, tortura y uso de la fuerza sin autorización de las Naciones Unidas.

Hasta ahora, las distintas Administraciones del Estado, han actuado dando todo tipo de facilidades a los EEUU de América para utilizar nuestro suelo, para garantizarles una acción exterior y seguridad, que se enmarca en una especial manera de entender las relaciones exteriores. Esto es, una relación de dominio y de fuerza.

Los pueblos, que conforman el Estado, han dado muestras siempre de su especial interés en mantener políticas activas a favor de la paz y en contra de la guerra, a favor del desarme y la cooperación.

La única vez que fue llamado a una consulta en relación a la política de seguridad, en el referéndum de la OTAN de 1986, se manifestó por poca diferencia favorable a permanecer en la Alianza Atlántica sobre la base de tres condiciones:

. La participación de España en la Alianza Atlántica no incluiría su incorporación a la   estructura militar integrada.

. Se mantendría la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español.

. Se procedería a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos  en España.

Esas tres condiciones, las refrendadas por la ciudadanía, han sido todas incumplidas.

La Política Exterior y de Seguridad debe merecer un debate en profundidad para emplazar al electorado a pronunciarse sobre las distintas opciones, que se pueden dar para garantizar nuestra contribución a la Paz, el Desarme y la Cooperación.

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