Otras miradas

La verdad sobre el caso Filomena

Enma López

Concejala del PSOE en el ayuntamiento de Madrid

La verdad sobre el caso Filomena
Una excavadora de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y un militar durante la limpieza de las inmediaciones del Ministerio de Defensa, zona ubicada en el Paseo de la Castellana, que continúa llena de nieve y con hielo tras el paso de la borrasca 'Filomena', en Madrid (España), a 14 de enero de 2021.- Óscar Cañas / Europa Press

Se cumple un año de Filomena. Todos recordamos esos primeros días fascinados por la nieve y esos siguientes días sepultados por ella y por la incapacidad de gestión de un Almeida que descubrió que sus gracias no bastaban para fundirla y ya no supo qué más hacer.

Como empieza a ser habitual, a Madrid la salvó la solidaridad de los vecinos y vecinas y la UME. Eso y la inestimable ayuda del sol. Así que viendo que la nieve le superaba, Almeida optó por lo que más le gusta hacer: confrontar con Sánchez. Era difícil negar la ayuda del gobierno central con los quitanieves de la UME limpiando nuestras calles así es que el alcalde eligió otro camino, el dinero.

El gobierno central declaró la zona catastrófica o, para ser precisos, la zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil. Almeida vio entonces su oportunidad de oro para confrontar y se lanzó a hacer una petición mil millonaria: "Los daños de Filomena ascienden a 1.400 millones de euros", dijeron. Así, sin despeinarse.

Y a una, que durante una época de su vida se dedicó al mundo de los seguros y, en concreto, al de los riesgos catastróficos, le saltaron todas las alarmas. 1.400 millones de euros son muchos millones y cuando aquellos días salíamos a la calle lo que veíamos era el caos de no tener un gobierno municipal que respondiera, mucha nieve y muchas ramas de árbol, pero no una gran tragedia multimillonaria.

Así las cosas pedimos el expediente de los daños y, como dicen en esos artículos publicados para alimentar el clickbait, lo que viene a continuación les sorprenderá.

La primera sorpresa es que tardaron mucho más de lo habitual en responder, casi un mes cuando el plazo que tienen es de cinco días.

La segunda sorpresa es que no nos lo podían enviar porque era "muy voluminoso", por lo que montamos poco menos que una expedición para ir a consultarlo, ya que en nuestra cabeza nos imaginábamos un despacho entero lleno de documentación.

Y la tercera sorpresa fue la realidad: el informe Filomena eran 20 folios con muchas páginas casi en blanco, estimaciones hechas a ojo y un amasijo de fotos desordenadas.

Recuerdo estar en aquel despacho frente a esa mini carpeta y no dar crédito. Aquello parecía un trabajo de instituto de un mal estudiante cuando en realidad era el informe que el mayor Ayuntamiento de España había enviado al Gobierno para justificar la petición de 1.400 millones de euros.

Lo denunciamos desde el Grupo socialista y, en una semana, Almeida rectificó; crearon un nuevo informe algo más elaborado -entre ustedes y yo, tampoco era difícil- y realizaron lo que Almeida denominó "un pequeño ajuste a la baja de buena fe". En castellano, bajaron la petición de 1.400 a 279 millones de euros.

Tampoco nos terminamos de fiar y en ese caso sólo hubo que esperar a los presupuestos de 2022. Buceando en sus profundidades nos encontramos con que aspiraban a recaudar 61 millones de euros. Otra nueva rebaja sobre la que ya hemos hablado en este medio hace unas semanas.

Pero a este culebrón todavía le quedan capítulos. Ahora que el Gobierno Central ha empezado a resolver las líneas de ayuda vemos que la chapuza no quedaba ahí. Que pretendían reclamar gastos de los que no tienen facturas y que de esos 60 millones la interventora municipal solo había avalado 38.

Y Almeida ha pasado a la siguiente fase: el victimismo. Como siempre, ha vuelto a utilizar a los madrileños y madrileñas de rehenes. Es una vieja táctica que le ha dado buenos resultados en el pasado, pero me temo que en este caso no le va a funcionar. Casi me atrevería a recomendarle una que va mucho mejor con la temática, la de agachar la cabeza y esperar a que pase el temporal.

Porque miren que hubo toneladas y toneladas de nieve acumuladas en las aceras de Madrid, pues aún con todas ellas no es suficiente para tapar ni la incapacidad de gestión del alcalde y su gobierno municipal, ni la desvergüenza de su petición.

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