Otras miradas

Hugo Omar Cañón, paladín de la lucha contra la impunidad y por las víctimas

María Garzón

Directora de la Fundación Internacional Baltasar Garzón

María Garzón
Directora de la Fundación Internacional Baltasar Garzón

A Hugo Omar Cañón, defensor de los Derechos Humanos se lo llevó la muerte  el 3 de enero de 2016. Sea este un pequeño homenaje hacia un hombre que hizo de la lucha contra la impunidad y la defensa de las víctimas su forma de vida.

Baltasar Garzón, presidente de FIBGAR le recuerda así: «Hugo Omar Cañón, cuando todos claudicaron, se enfrentó al sistema y se negó a aceptar la impunidad. A lo largo de su vida ha hecho gala de coherencia y convicción en su lucha en defensa de las víctimas. Su verbo fuerte, decidido y contundente, se alzó siempre contra los represores y sus cómplices. Denunció y combatió el terrorismo de estado con el firme propósito de que la Justicia actuara contra los que masacraron a su pueblo.

»Su actuación en los juicios de Madrid, fue trascendente; la presentación de documentación importante, contribuyó a tener mucho más claro lo que fue un plan sistemático criminal de actuación en contra del pueblo argentino, durante la dictadura cívica militar que intentó destruir el alma argentina.

»Él, como nadie, comprendió que los derechos deben respetarse en cualquier tiempo y espacio, y, de ahí su lucha por dignificar a quienes cumplen sus condenas o medidas de privación de libertad en los penales más inhóspitos.

»Participó en septiembre de 2015 el II Congreso de Jurisdicción Universal organizado en Buenos Aires por FIBGAR y, como siempre, su aportación fue fundamental. En todo momento y ocasión ha trabajado con nosotros y siempre ha estado dispuesto a la defensa de todos los retos en los que hemos combatido»

Nacido en Bahía Blanca y arduo defensor de los Derechos Humanos se graduó de abogado en la Universidad Nacional de La Plata. Fue secretario del Juzgado Civil y Comercial de Tres Arroyos, Secretario del Juzgado Penal 3 de Bahía Blanca, y Defensor de Pobres y Ausentes de esa misma ciudad.

Fiscal General federal de Bahía Blanca durante 23 años, inició la investigación por los crímenes de lesa humanidad cometidos en jurisdicción del V Cuerpo de Ejército y de la Marina en Puerto Belgrano.

Cuestionó en 1987 la llamada ley de Obediencia Debida por inconstitucional, al igual que el indulto a procesados dispuesto por el presidente Menem. Impulsó en 1999 la investigación en el marco de lo que se ha denominado Juicio de la Verdad y fue colaborador activo de las investigaciones realizadas por el Juez Baltasar Garzón, desde la Audiencia Nacional de España, con aportes probatorios para el esclarecimiento de los hechos cometidos en la jurisdicción del V Cuerpo de Ejército.

Testimonió en el juicio al represor Scilingo llevado adelante por la Audiencia Nacional de España. Integró la Comisión de Fiscales denominada Comisión de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal, destinada a desarrollar trabajos de coordinación y colaboración en todas aquellas causas vinculadas a violaciones a los derechos humanos en el período 1976-1983, y particularmente actuó con fiscales italianos en el marco del Plan Cóndor.

En el año 2000 recibió el premio Justicia Universal otorgado por la Asociación Argentina Pro-Derechos Humanos, de Madrid. En el 2006 recibió por parte de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP el premio Reconocimiento a la trayectoria y el compromiso con la Defensa de los Derechos Humanos. En 2007, la Legislatura porteña lo distinguió por su impugnación a la Obediencia Debida. Tras su paso por el ámbito judicial, en el año 2009, el jurista se incorporó al partido Nuevo Encuentro, encabezado por Martín Sabbatella.

Lo explicó así: «Hace 40 años que ingresé al Poder Judicial y asumí como fiscal el 8 de abril de 1986 por lo que voy a cumplir 23 años en el cargo y en lo personal creo que tengo la edad suficiente para cerrar un ciclo. Es una etapa que se cierra, aunque desde ya les anuncio que no sólo seguiré trabajando junto a Martín Sabbatella desde la Mesa Nacional del Encuentro por la Democracia y la Equidad, sino que además seguiré en la Comisión Nacional por la Memoria, desde donde pensamos aportar pruebas documentales importantísimas para juzgar a los represores».

Sobre la política, declaró: «es el único instrumento para cambiar la sociedad, y lamentablemente está muy degradada». Consideraba que «todos, ricos y pobres, debemos aportar a una sociedad más equitativa» y que él desde su experiencia puede hacer un aporte para que eso ocurra. Y dejaba claro que lo que le interesaba era esa aportación estricta, pero que no deseaba vivir de la política.

«El dolor de la muerte siempre es intenso, profundo. Nos destruye cuando no es esperado. Mi amigo y hermano, Hugo Omar Cañón, de quien tanto aprendí, nos ha dejado. Su lucha incansable por la verdad, la memoria, la justicia, no nos abandonará. Argentina ha perdido hoy a uno de sus mejores ciudadanos. Mi sentimiento, el de mi familia y la Fundación que presido están con toda su familia y con la de las demás víctimas fallecidas». Baltasar Garzón, presidente de FIBGAR ha resumido  con estas palabras el dolor de quienes defienden los Derechos Humanos ante la muerte de un hombre que hizo de la lucha contra la impunidad y por las víctimas su forma de vida.

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