Otras miradas

No es Podemos, es la aritmética neoliberal

Raimundo Viejo

Politólogo y editor

Raimundo Viejo
Politólogo y editor

No paramos de escuchar estos días ataques de todo tipo desde las filas socialistas del espectro político. Es una misma cansina cantinela que se repite desde el 20D. En su expresión más sintética viene a decir que la culpa de que Rajoy continúe es de Podemos y que cambiar a Rajoy por el tándem Sánchez-Rivera debería ser suficiente garantía para que Podemos dejase hacer.

Parece que para el PSOE nada haya cambiado desde el 20D, no digamos ya desde el 15M. Y es que el problema no es compartir un 70%. El problema es que el PSOE tiene dos opciones y al ligar su futuro a Cs deja claro que la suya es la Gran Coalición y no un gobierno social, democrático y plurinacional.

La posición socialista no se entiende, por demás, sin un cálculo elemental: no habrá elecciones anticipadas, toda vez que ello arriesga con avanzar un nuevo paso en la consolidación de la pérdida del electorado. Fiar el futuro a las elecciones, cuando las encuestas (con algunas excepciones de marcado sesgo partidista) muestran que los alineamientos del 20D permanecen en sus grandes trazos, es como aceptar que el PSOE ya no volverá a ser la fuerza bipartidista que fue. Cuesta creer que los dirigentes socialistas no tengan presente este razonamiento elemental, francamente.

Por el contrario, hoy como el 20D perdura una hipótesis diferente. No es otra que la que le confiere a uno situarse en la perspectiva de la troika, la Merkel y demás entramado que ha pergeñado la gobernanza neoliberal. Desde este punto de vista, la cosa es más sencilla de lo que parece en el fango diario de las negociaciones y los titulares mediáticos.

En efecto, para el mando neoliberal el PP es un partido que ha perdido 40 diputados hacia una opción regeneradora y más agresiva del neoliberalismo, configurada en parte, de hecho, con cuadros del propio PP (Girauta, Mejías, etc). En esto, por más que haya encajado un buen golpe tras una dura legislatura de recortes, no ha dejado de cumplir con su papel mal que bien. Rajoy se mantiene, después de todo, en torno al 30% y sobradamente por encima del centenar de diputados.

Quien, por el contrario, se está desmoronando, es el proyecto social-liberal que desde Helmut Schmidt hasta Tony Blair se fue imponiendo entre los socialistas europeos. Fracasado ya en Grecia y Portugal, se encuentra hoy en quiebra entre nosotros. El PSOE ha caído ya por debajo de la barrera psicológica del bipartidismo. Podemos y confluyentes se mueven prácticamente en el empate técnico porcentual y con un peso en escaños suficiente para permitir la articulación de una mayoría alternativa.

Así las cosas, no parece que los defensores globales del proyecto neoliberal tengan buenas razones para apoyar a Sánchez en lugar de a Rajoy. Antes bien, el presidente en funciones plantea hoy la mejor oferta para implementar nuevos paquetes de recortes. ¿Alguien da más?

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