Otras miradas

La élite la ha liado

Mercedes Cortés

Comunicadora y estudiante de Sociología en la UCM

Dos jóvenes acceden al colegio mayor Elías Ahuja. -EFE/Rodrigo Jiménez
Dos jóvenes acceden al colegio mayor Elías Ahuja. -EFE/Rodrigo Jiménez

Misóginos, machistas, ignorantes, ingenuos, abusones, inmaduros, naífs y patriarcales. Inconscientes, abusones, violentos, irresponsables, descuidados, desagradables, individualistas, capacitistas, engreídos, egocéntricos, falocéntricos y heterobásicos.

Qué fácil nos lo habéis puesto para retratar en un marco conceptual perfecto lo que es el discurso misógino: "puta", "ninfómana", "vais a follar todas" a pleno grito, a los cuatro vientos, desde la ventana y dirigido a ellas: mujeres.

Me pregunto, ¿es una amenaza? ¿es una aclaración? ¿un imperativo? ¿una obligación? ¿advertencia? No me queda claro, la verdad.

Ahora las chicas a las que aluden los justifican, ¡vaya! Cómo si eso hiciera que el discurso o la agresión verbal tan explícitamente misógina dejara de serlo. Por favor, creo que a estas alturas del feminismo hemos comprendido ya que la misoginia, el machismo y el sistema patriarcal está instaurado en nuestra forma de entender el mundo, tanto para hombres como para mujeres. Y para quién no se hubiera enterado: ¡sí, claro que hay mujeres machistas, qué novedad!

El hecho es el hecho, está grabado, se ha escuchado claramente el mensaje y lo hemos leído en los medios de comunicación. La élite la ha liado, precisamente el grupo social que por estar relacionado con altos sectores del poder socioeconómico tiene que mantener el status quo, se ha retratado como lo que es: machista, casposo y obsoleto. Quién iba a pensar que un colegio que cuesta por estudiante más de mil euros al mes (a lo que habría que sumarle los gastos universitarios y la vida social de los agresores), es decir, familias que tienen dinero para mantener a su/s hijo/s en tales instituciones cada mes, fueran capaces del indigno comportamiento que han demostrado. Los chicos se han portado mal.

Pero en lo que me quiero centrar no es en el acto en sí, es decir, en lo explícito o -como llamamos en el feminismo- la punta del iceberg. Me gustaría que centráramos la reflexión en cómo dichas familias acumuladoras de capital (básicamente ricas) son reproductoras de las estructuras patriarcales y los mensajes misóginos que pensamos que son de hace tres generaciones atrás, y sin embargo vemos como es un lastre que arrastramos a día de hoy. Ahora mismo, me refiero más a centrarnos en la construcción social de la misoginia o la violencia machista. Es decir, me pregunto cosas como ¿qué roles han aprendido para que sientan tales mensajes como verdaderos? ¿sentirán sus mensajes respaldados por la educación recibida? ¿qué concepto de "mujer" dan como válido para usar dichos términos?

Igualmente, no puedo evitar dar vueltas todo el rato al backstage de la agresión: ¿cómo han llegado esos agresores verbales a organizar tal show? Mi imaginación no alcanza a reconstruir las conversaciones hipotéticas previas a la quedada en evidencia. ¿Estarían en un grupo de Whatsapp? ¿Harían un mensaje difundido? ¿Cómo sería alentar a sus compañeros para que lo hicieran? ¿Cómo llamarían al acto o a la "gran quedada"? ¿Aprobarían las palabras del agresor ya expulsado del Colegio Mayor? ¿Estarían todos de acuerdo y pondrían stickers porno vitoreando a los líderes? No puedo parar de sentir repugnancia en los intentos de adivinar las conversaciones que llegaron hasta ahí.

Sí, chavales, la habéis liado. Pero tranquilos, porque han expulsado al cabeza de turco y haréis el papelón de vuestra vida en las charlas "esas" de igualdad que os van a dar. No la volveréis a liar, porque la élite no se puede permitir más llamadas de atención ante las masas, es mejor que os sigáis llenando los bolsillos en silencio y reproduciendo los roles tradicionales que heredáis de vuestras familias, ejerciéndolos en los mecanismos de poder en los que lleguéis a trabajar; los cuales nos dominan hoy en día.

La agresión que habéis hecho tendrá represalias, pero vuestra forma de entender el mundo desde un prisma misógino pasará impune, ya que es bastante probable que paséis de la agresión pública al ámbito privado. Y ahí, en lo íntimo, donde nadie lo ve es más difícil de detectar.

Ni un paso atrás en los derechos de las mujeres.

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